El coronavirus está poniendo la televisión patas arriba. Mientras que 'Parks and Recreation' ha vuelto del paraíso de las series para emitir un episodio especial rodado en la cuarentena para recaudar fondos, la mayoría de las producciones han tenido que pararse y las parrillas de las cadenas y plataformas de streaming notarán las consecuencias durante meses. Sí, Netflix promete que tiene contenido para rato, pero ficciones como 'The Walking Dead' han tenido que cortar la emisión de sus temporadas sin poder acabarlas. Hay una serie, sin embargo, que ha hecho todo lo posible, o más bien lo imposible, para terminar su temporada: 'The Blacklist'.
La serie de NBC, que en España se puede ver en Movistar+, tenía previsto emitir un total de 22 episodios en su séptima temporada; pero la crisis del COVID-19 les ha impedido rodar más allá del episodio 18, que se emite este viernes, y parte del 19. ¿La solución? Recurrir a la animación por primera vez en toda la serie para llenar los huecos del episodio y darle un cierre a la temporada.
"Empezó todo como una broma", ha contado el productor ejecutivo Jon Bokenkamp a AP. "Dijimos que deberíamos hacer el episodio como una emisión antigua de radio con las voces de los actores". Sin embargo, la idea les llevó a pensar en el cómic como medio narrativo, y Bokenkamp, el productor ejecutivo John Eisendrath y James Spader, que además de protagonizar también produce la serie, decidieron que el camino de la animación era el más adecuado. "Es posible que si hubiéramos sabido cuánto trabajo iba a costar hacer medio episodio animado, habríamos desechado la idea", bromea Bokenkamp.
'The Blacklist' ya es de por sí una serie con un proceso de producción complejo: es rodada en Nueva York, editada en Los Ángeles y revisada por Eisendrath allí y Bokenkamp en Nebraska. A ello hay que unir el proceso de animación, llevado a cabo por empresas en Atlanta y Londres. "Es un proceso de casi 24 horas. Mientras nosotros dormimos, Londres trabaja, y después nosotros vemos lo que nos han enviado durante la noche. Entonces les damos nuestras notas y ellos rápidamente aplican los cambios", cuenta el productor.
'The Kazanjian Brothers', como se titula este episodio 19, requirió una revisión del guion para convertirlo en un final de temporada más adecuado. Después se enviaron equipos de grabación a los domicilios de los actores para que locutaran los diálogos. Spader lo grabó en su granja de Massachusetts construida en 1850, con las persianas cerradas para que no se oyera la lluvia exterior: "Aún no había interpretado a Raymond Reddington mientras mi hijo entraba de puntillas a la cocina para coger un tentempié. Pero haces lo que haga falta. Apagas la calefacción para que no se oiga, intentas acordarte de no encender el lavavajillas".
De tripas corazón
Como suele ocurrir, una situación de crisis ha resultado tener sus ventajas. Por ejemplo, la historia ha podido desarrollarse de formas que un rodaje en acción real no habría permitido. "Una escena que habíamos escrito con Red y Liz (Megan Boone) sentados en una habitación, porque era lo que nos podíamos permitir en acción real, de repente se convirtió en una escena en la que andan por la Washington Mall, con el Capitolio de fondo".
Sin embargo, los productores esperan que el público entienda que no ha sido el proceso más idóneo para desarrollar su primer episodio híbrido de animación y acción real. "Sentíamos que era importante hacer todo lo posible en una situación complicada para intentar terminar el episodio", concluye Eisendrath. El resultado se verá el 16 de mayo en Movistar+.