'The Cloverfield Paradox' es la tercera entrega de esta extraña saga producida por J.J. Abrams que se inició en 2008 con 'Monstruoso'. Aquella no estuvo a la altura de las expectativas que levantó con su extraña campaña de marketing viral, y se quedaba en otra genérica película de "metraje encontrado" más. Ocho años más tarde, Paramount volvió a sorprendernos con el lanzamiento de un tráiler que nos advertía de que aquella película tenía secuela, y de que la misma, 'Calle Cloverfield 10', se estrenaría en apenas dos meses. Resultó una película superior, que en realidad nada tenía que ver con el film original más allá de unos 10 últimos minutos que trataban de conectar ambas. Una decisión (la de conectarlas) que se tomó una vez J.J. Abrams descubrió la existencia del guion de una película que por aquel entonces se llamaba 'The Cellar'. La idea de modificar el final para conectarla con la 'Cloverfield' original fue pensando en que tendría una mejor acogida en taquilla. El único problema narrativo de la secuela en verdad fue ese: el final se sentía extraño, como si no se tratase de la misma película.
'God Particle' era el nombre original de una tercera entrega que tampoco iba a formar parte de ninguna saga. Pero Abrams y su productora Bad Robot vieron la posibilidad de modificar aquel guion para introducirlo también dentro del canon de su curiosa franquicia. Esta tercera parte ahonda un poco más en lo que está sucediendo, tratando de dar una explicación a por qué están esos monstruos en la Tierra. Estamos en un futuro próximo, hay una crisis energética, y diferentes agencias espaciales envían una tripulación a una estación espacial en la que se encuentra un acelerador de partículas que podría proporcionar energía infinita a la Tierra y solucionar el problema. Tras una prueba, descubren que o ellos, o la Tierra, han desaparecido. Las cosas no están en su sitio y en la nave comienzan a pasar cosas extrañas.
La película está dirigida por Julius Onah, que se ha rodeado de algunas caras conocidas como son David Oyelowo, Daniel Brühl, Elizabeth Debicki o Gugu Mbatha-Raw. A priori parecía que nada podía salir mal, y menos tras el excelente precedente que fue 'Calle Cloverfield 10', pero algo empezó a oler raro cuando Paramount quiso deshacerse de una película con la que no sabía qué hacer y de la que prácticamente solo se salvan los aspectos técnicos. La fotografía luce bastante bien, aunque no se puede decir lo mismo de unos efectos especiales que a veces no se corresponden con una película cuyo presupuesto, de acuerdo a The Verge, ha rondado los 50 millones de dólares. La banda sonora compuesta por Bear McCreary es de lejos lo mejor de la cinta. El score brilla por sí solo y es que ningún otro elemento está a la altura del mismo.
Elizabeth Debicki y Gugu Mbatha-Raw son lo mejor de unas interpretaciones cuyo nivel, por lo general, se encuentra tirando a mediocre. Es como si Julius Onah no hubiera sabido dirigirlos o como si no se creyeran sus propios diálogos, y puede que las dos cosas sean correctas. Por un lado, la dirección de Onah es demasiado correcta, se echa en falta algo más de arrojo en este aspecto, para que destacase al menos en lo visual. Por el otro, alguno de nosotros quizá también se quedase con cara de "¿qué hago aquí?" si tuviese que recitar las estúpidas frases que componen el desastroso guión.
Y es que ese es el principal fallo de la película, con diferencia. El guion es una tomadura de pelo, lleno de clichés mil veces vistos. Aun así hasta podría salvarse si los personajes fueran interesantes, pero no se produce ninguna conexión emocional con ellos, no te importan. En parte por sus interpretaciones, pero sobre todo por lo mal desarrollados que están. Quizá deberían haberles dado más minutos antes de entrar en materia o, incluso, haber quitado alguno. En concreto, sobra la trama de la Tierra. No aporta nada y te saca completamente de lo que está sucediendo con los personajes en el espacio. Además, todos ellos van tomando decisiones inexplicables, de película de terror de manual en la que ves venir las muertes a kilómetros.
Un paso atrás en la saga
La película trata de ser una ciencia ficción seria, pero no hay quien se crea nada. Es una serie B pero con algo más de presupuesto y sin ser consciente de que lo es. Es demasiado sobria para lo ridículo que es todo y le hubiera sentado bien un tono más ligero. Además, trata de conectar con las anteriores dando una explicación a la invasión de monstruos, pero al final lo que hace es resultar incoherente y sembrar más dudas. Es lo que tiene empezar la casa por el tejado y tratar de crear una saga a la fuerza.
No sabemos qué es lo que queda de aquella 'God Particle', pero ahora se entienden los numerosos retrasos de una película cuya distribución ha tenido que salvar Netflix. Una vez vista, también se entiende por qué se ha estrenado de un día para otro sin promoción. De esta manera, Netflix no gasta dinero en una película que no lo merece. Es un film mediocre de una saga que va dando tumbos. Mucho tendrá que mejorar en su cuarta entrega para recuperar el interés en la saga. De hecho, 'Overlord' ya está rodada y está ambientada en la II Guerra Mundial. No tendremos que esperar mucho, pues se sabe que se estrenará a lo largo de este año. Pero con esta saga nunca se sabe, lo mismo se estrena mañana.
Nota: 3
Lo mejor: La banda sonora, realmente sobresale y es una pena que nada más esté a ese nivel.
Lo peor: todo lo demás.