La interpretación de Gillian Anderson como Margaret Thatcher en la cuarta temporada de 'The Crown' ha creado un interesante debate. Hay quienes ven una versión muy exagerada de la Primera Ministra de Reino Unido, y hay quienes creen que es una interpretación soberbia por parte de la actriz de 'Sex Education'. Ahora tenemos la versión de alguien que conocía muy bien a la verdadera Thatcher.
Charles Moore es el biógrafo oficial de la política. Su obra se lanzó en tres volúmenes que se empezaron a publicar en 2013. Así que sí, tiene bastante bien estudiada a la Thatcher. Así que es todo un halago para Gillian Anderson que haya declarado al Telegraph que la suya es "la única interpretación convincente que ha visto de la señora Thatcher como primera ministra". Que es mucho decir cuando hemos visto a actrices como Meryl Streep, Andrea Riseborough, Lindsay Duncan o Lesley Manville en el papel de Thatcher.
Una relación demasiado exagerada
A pesar de ese aprobado con nota para Anderson, Charles Moore considera que la temporada, y concretamente la relación entre la primera ministra y la Reina, está llena de incongruencias. "Una vez la narrativa se centra en acontecimientos políticos, los detalles se vuelven una locura. Pequeños ejemplos: su ministro por aquel entonces, Geoffrey Howe, nunca intentó impedir la guerra de las Malvinas y no estuvo en la reunión clave donde se decidió mandar a las tropas; su secretario privado más importante, Charles Powell, no trabajaba para ella en esa época; su hijo Mark no se perdió (ni fue encontrado) en el desierto cuando las Malvinas estaban siendo invadidas" explica. Pero lo que más le indigna es la escena en la que Thatcher pide a la Reina interceda para "salvar su cuello": "La señora Thatcher nunca habría pensado siquiera en pedirle que hiciera algo así. Todo se vuelve una tontería de repente".
Por supuesto, el biógrafo no es el único en señalar que no hay que tomar 'The Crown' como una recreación exacta de la Historia. El doctor Martin Farr, de la universidad de Newcastle, afirma a Mashable que "lo que hace la serie es que al crear la impresión de que existió, se haya perpetuado. Esa impresión no tiene fundamento" y cree que la relación entre Reina y la primera ministra está tan exagerada que llega a los niveles de la "caricatura", sobre todo en el segundo episodio con al caza del ciervo en Balmoral, cuando Margaret Thatcher se persona con su mítico vestido azul para ir al campo.