David Simon es como sus personajes: no aprende. El periodista metido a guionista sigue haciendo lo mismo que cuando, en el 2000, estrenó en HBO 'The Corner', la miniserie sobre el imperio de las drogas en Baltimore que acabaría transformándose en la serie 'The Wire (Bajo escucha)', una de las obras más importantes de la televisión moderna. Ya entonces construía relatos inabarcables a un ritmo lento pero seguro con el único objetivo de enfocar, desgranar, analizar y reflexionar sobre lo más bajo de la sociedad estadounidense.
Como sus personajes (los policías de 'Homicidio', los traficantes de 'The Wire', los músicos de 'Treme', los políticos de 'Show Me a Hero') Simon tiene una tendencia a hundirse en las montañas de basura: las de la corrupción, la burocracia, la diferencia de clases, la injusticia, la brutalidad policial, la violencia de los barrios. Simon quiere arreglar lo que sabe que no tiene arreglo, pero al menos por el camino acaba encontrando diamantes en bruto.
Por eso 'The Deuce' es un paso lógico y adecuado en la carrera de un hombre obsesionado con nuestros vicios y pecados. En su nueva serie para HBO que acaba de estrenar su primera temporada, Simon pretende explorar el imperio del porno que nació en los años 70 en Nueva York. Un complejo tema con personas que a la vez son víctimas, supervivientes y verdugos y que le viene como anillo al dedo.
Para ello, cuenta con la ayuda de George Pelecanos, con el que ya colaboró en 'The Wire', 'Treme' y 'The Pacific'. Ambos apuestan por la misma fórmula con la que Simon mandó a tomar por culo al espectador medio: un paisaje coral de personajes inconexos; diálogos que no esperan ni hacen concesiones a un público que se ve repentinamente inmerso en un mundo que no conoce y que teme; un desarrollo de tramas pausado, casi estático. Las series de Simon son más fotografías panorámicas que historias con introducción, nudo y desenlace.
'The Deuce' empieza con un pobre diablo (claro), un camarero que se mata a trabajar por el sueldo mínimo interpretado por James Franco, que hace aquí dos papeles, el de los gemelos Frankie y Vincent Martino. Vinnie le es infiel a su infiel esposa mientras regenta un bar frecuentado por prostitutas y policías. Es el típico protagonista de grises morales de Simon (¿Simoniano?) que servirá de centro cohesivo para un fragmentado relato.
En las calles (pues ese es el ambiente que le interesa a Simon, ya sea en Baltimore, en Nueva Orleans o como aquí en Nueva York), las prostitutas y sus chulos se buscan la vida como buenamente pueden. Ellos explotan los cuerpos de ellas mientras les dicen que las cuidan y las quieren (y algo de verdad hay ahí, por muy injusta y sucia que sean las relaciones que vemos), pero una nueva ola va a amenazar el status quo: empieza a formarse una industria del cine porno que desestabilizará los roles de unos y otros.
Y mientras, ¿la policía? Como el departamento protagonista de su novela 'Homicidio' o los incansables protagonistas de 'The Wire', los agentes luchan día a día contra el hastío, la decepción y el cinismo propios. En una de las mejores escenas del primer episodio, una redada, más trámite que otra cosa, acaba con las prostitutas comiendo en la comisaría y bromeando con los agentes antes de ser liberadas. Para ellas, una excusa para tomarse un descanso y a la vez un incordio que vuelve la noche menos productiva. Para ellos, otra tarea más sin resultados y la ocasión para tocar algún que otro culo amistoso. Con Simon, la comedia es tragedia más absurdo.
Un gran reparto mejor ambientado
Nada nuevo en HBO, la casa de 'Boardwalk Empire' y 'Juego de Tronos': la Nueva York setentera de 'The Deuce' te envuelve por lo cuidado y detallista de su ambientación. Incluso para aquellos que puedan tener poco interés por la historia de Vinnie, si van buscando un reflejo minucioso y conseguido de la ciudad de los rascacielos en los años de la música disco, disfrutarán de la serie.
Pero lo mejor de todo es su nutrido reparto, lleno de caras conocidas para los fans de Simon (Lawrence Gilliard Jr., Michael Kostroff y Chris Bauer) y encabezado por esas dos estrellas de Hollywood que se niegan a ser etiquetadas: James Franco y Maggie Gyllenhaal.
Ella interpreta a una prostituta sin chulo que dedica todo el dinero que gana a su hijo, mientras la abuela se ocupa de criarlo. Gyllenhaal es una de las mejores actrices de su generación, y como en aquella miniserie titulada 'The Honorable Woman', desprende tantísimo magnetismo que ya solo por ella dan ganas de volver al Nueva York de 'The Deuce' cada semana. Es una actriz que con muy poco hace mucho, así que no nos podemos ni imaginar qué llegará a hacer bajo la pluma de Simon.
La primera temporada de 'The Deuce' constará de 8 episodios, disponibles cada lunes en HBO España.
