'The duchess' es el nuevo título protagonizado por Keira Knightley, junto a la que podremos encontrar, entre otros, a Ralph Fiennes, Charlotte Rampling y Simon McBurney.
La película, basada en la novela de Amanda Foreman y dirigida por Saul Dibb, cuenta la historia de la aristócrata del siglo XVIII Georgiana Cavendish, duquesa de Devonshire: hermosa, glamourosa y adorada por el pueblo, Georgiana fue la mujer más fascinante de su época, el siglo XVIII. Pero mientras que su belleza y su carisma le forjó un nombre en la historia, el amor siempre se le escapó. Casada muy joven con uno de los hombres más ricos de Inglaterra, el Duque de Devonshire, fue confidente íntima de ministros y la Casa Real, llegando a ser un icono de la moda, madre adorada e influyente política para el partido liberal. Sin embargo, en el núcleo de su historia está la búsqueda desesperada de afecto y amor. Desde el apasionado pero fatídico romance con Earl Gray hasta el complicado triángulo amoroso con su marido y su mejor amiga Lady Bless Foster.
Cuando la estética vence a la historia
Parece que Keira Knightley le ha cogido el gusto a encorsetarse, ya sea a través de la trilogía (por el momento) de 'Piratas del Caribe', sea haciendo de Ginebra en 'El rey Arturo' o, sobretodo, a través de la adaptaciones de dramas de época: tras 'Orgullo y prejuicio' le han seguido títulos de irregular calidad como 'Seda' o 'Expiación: más allá de la pasión', y parece ser que en el 2010 la joven actriz nominada al Oscar en 2006 piensa dar vida al clásico de Bernad Shaw que George Cukor llevara a la gran pantalla bajo el título de 'My fair lady'.
Por su parte, 'The duchess' opta a dos estatuillas en la presente edición de los Oscar, concretamente a la mejor Dirección Artística y al mejor Vestuario, quedando relegada de las categorías más relevantes, al igual que ocurriera en los Globos de Oro, donde tan sólo Ralph Fiennes optó a un galardón como mejor actor dramático.
Y es que 'The duchess' es una película más que previsible, que adopta caminos excesivamente trillados en el cine de época y que no se esfuerza en ningún momento en sorprender a un espectador que tan sólo puede dejarse embelesar por su magnifiente puesta en escena y por la banda sonora de Rachel Portman. Fuera de su cuidada estética, la película de Saul Dibb carece tanto de fuerza como de empaque, con unas interpretaciones solventes en líneas generales aunque tampoco excesivamente destacables, que alcanzan cotas de previsibilidad y falso apasionamiento bastante forzadas en la relación amorosa vivida entre los personajes interpretados por Keira Knightley y Dominic Cooper.
A fin de cuentas, 'The duchess' no deja de ser un drama victoriano en toda regla, en el que la falsa realidad de las apariencias se impone a los verdaderos sentimientos y pasiones -y donde alguna mente descabellada incluso ha pretendido ver paralelismos con la vida de Diana de Gales-, siendo ésta su principal lacra, amén del fatal desaprovechamiento de un personaje que se diera a conocer por su imagen pública y sus afinidades políticas, apartados éstos apenas esbozados a lo largo del film y que sin duda podrían haber concedido ala película de Saul Dibb mucho más empaque e interés general.