Tenemos un problema, Flash está en peligro, y esta vez la amenaza no viene de Zoom o de Reverse Flash, ni siquiera del villano de esta temporada, Savitar. El problema viene de la propia estructura de la serie, que está cayendo en unos vicios de repetición poco aguantables. Cuando empezó 'The Flash', supuso una pequeña revolución, nacía al amparo de 'Arrow', pero no tenía ese pesado tono sombrío de la serie del arquero. 'The Flash' abrazó rápidamente su esencia, es lo que es, una serie de superhéroes, de gente que se disfraza y lucha contra villanos disfrazados. Mucho sentido del espectáculo, actores encantadores, villano de la semana y colorines. Tal fue el efecto de 'The Flash' que hasta 'Arrow' cambió de tono, abandonando ese supuesto realismo para ponerse las máscaras y llamarse por el nombre en clave.
La cadena juvenil The CW decidió que iba a convertir su alianza con la editorial DC en parte fundamental de su programación y empezaron a crear el Arrowerse, al que se han unido 'Legends of Tomorrow', 'Supergirl' y la temporada que viene "Black Lightning: Rayo Negro'.
Este concepto de universo compartido está funcionando estupendamente, con constantes visitas de los personajes entre series y el evento único de un crossover a cuatro bandas entre todas las cabeceras. (Sí, ya sabemos que con 'Supergirl' hicieron un poco de trampa, pero consiguieron un evento único en la historia de la televisión).
Toda esta alegría multicolor y este concepto tan comiquero llegó con 'The Flash', teniendo The CW al velocista como un Superman vertebrador y a Arrow como un Batman mentor. Pero esa alegría está empezando a desvanecerse en esta temporada que analizamos aquí.
Todo va muy rápido (claro)
Estamos en la tercera temporada de 'The Flash', pero las tramas y los peligros se han elaborado de manera tan complicada que bien podríamos estar en la décima. El origen de Savitar, el antagonista de la temporada, es tan complejo y absurdo que se sale de la necesaria verosimilitud que exige cualquier producto de ciencia ficción. Para entendernos, una serie de superhéroes tiene que seguir sus propias normas, y no saltárselas cuando les conviene. Con Savitar han estado rozando el ridículo, con un Alchemy de lugarteniente del que todos conocíamos la identidad antes de que lo hiciera el propio interesado y después con un origen de villano absolutamente incomprensible hasta para los propios personajes. Los poderes de Flash y su capacidad de generar problemas y antagonistas parecen haber tocado techo en muy poco tiempo.
Pero no sólo es un problema de villanos, el héroe, Barry Allen (Grant Gustin) lleva arrastrando un problema grave desde mitades de la segunda temporada, el desarrollo de su personaje solo toca dos notas.
Primero la de la de la autoconfianza. El número de veces en la que se ha repetido la escena en la que un personaje le decía a Barry que tenía que creer en sí mismo para superar un problema ha sido excesivo. La otra nota que no dejan de tocar esta temporada es la de la culpa. Los hechos del final de temporada anterior, y las consecuencias que han causado en todo el universo no ha parado de resaltarse, y Barry no ha podido expresar más veces lo culpable que se siente. Todo esto sería una caracterización de personaje sin más, pero no ha habido evolución, Barry no cree en sí mismo y se siente culpable, una y otra vez. Y así nos hemos pasado esta temporada, dos únicas notas, un solo conflicto, un solo villano, un solo ánimo. La serie se esfuerza, y mucho, los efectos visuales son excelentes, como el resto de los elementos de producción. Incluso hay que decir que a mitad de la temporada tuvieron unos cuantos momentos valientes y enloquecidos que nos hicieron recordar a la serie de hace dos años.
Una ciudad entera de gorilas enfurecidos comandados por un gorila telépata lleno de rencor es el tipo de cosas que sólo puedes esperar ver en esta serie, y cómo lo disfrutamos, pero duró demasiado poco. La evolución del resto de personajes tampoco ha ayudado, Kid Flash (Keiynan Lonsdale) ha conseguido sus poderes pero aún se queda a la sombra del resto, Cisco (Carlos Valdés) sigue donde le dejamos y Caitlin (Danielle Panabaker) sólo ha empezado a resolver a final de serie, en los dos últimos episodios.
Aunque las incorporaciones de personajes nuevos no han ido mal, como en el caso de Tom Felton, que no ha desaprovechado la oportunidad de hacer chistes con referencia a Harry Potter, o la adición de la doctora Tracy Brand (Anne Dudek) al equipo. Tampoco han servido para cambiar la dinámica del equipo Flash.
Mención especial merece la Doctora Brand. Se le ve mucho potencial, pero ha aparecido de la nada y en tres capítulos ha desarrollado más trama que otros personajes en toda la temporada, un pelín forzado todo, la verdad.
Han habido buenos momentos, además de los gorilas, claro. Han recuperado con alegría a King Shark, y hasta han vuelto a romper todas las reglas del espacio-tiempo para recuperar a Leonard Snart (Wentworth Miller), es muy divertido volver a ver a Flash y a Snart con sus puyas dialécticas sin fin, pero eso nos hace echarle aún más de menos.
Quizás todo esto se deba a la marcha de Geoff Johns, el director creativo del universo extendido de DC. Geoff es un fan del superhéroe, y estuvo muy implicado en esta adaptación del personaje, pero sus ocupaciones se han multiplicado en estos últimos tres años y ya no notamos su buen hacer en los guiones.
¿Y ahora? Después de resolver la anticipada trama del asesinato de Iris West, que ha causado una baja en el equipo que no lo es tanto, parece que hemos perdido a Barry en la Fuerza de la Velocidad para siempre. Pero el año pasado ya creíamos que lo habíamos perdido para siempre en el universo Flashpoint, y eso duró poco. Si seguimos con la analogía Arrow/Batman, Superman/The Flash, podemos pensar que igual ha llegado el momento de hacer una muerte y resurrección que le den nueva vida al personaje, que simplifique un poco todas las ramificaciones creadas con anterioridad y que devuelva a la serie a ese lugar tan disfrutable que hemos echado de menos esta temporada. Hay que salvar a Flash.
10 curiosidades de Grant Gustin
Su superhéroe favorito era Superman
El protagonista de 'The Flash' siempre ha admitido que de pequeño era un gran lector de cómics, pero que hasta que no llegó a la serie no se había interesado por Flash. Su superhéroe preferido y del que más cómics leía era Superman. Ahora que conoce a Flash y sus historias ha cambiado de opinión: "Desconocía la historia original, pero ahora siento que Flash es el personaje de mi carrera", explicó.
Grant es su segundo nombre
Aunque parezca mentira, su nombre de pila no es Grant. Su nombre al completo es Thomas Grant Gustin. El actor decidió que se le conociese en el mundo artístico como Grant Gustin porque le sonaba mejor. Tanto su familia como sus amigos siempre le han llamado Thomas.
'Glee' le cambió la vida
Aunque como él mismo ya ha reconocido en más de una ocasión el personaje de su carrera ha sido sin lugar a dudas el de Barry Allen en 'The Flash', antes de él tuvo la oportunidad de interpretar el de Sebastian en la ficción musical 'Glee', un papel que también le cambió la vida. Gracias a Sebastian y 'Glee', Grant se dio a conocer en televisión con un papel más o menos protagonista que le sirvió como trampolín para conseguir el de 'The Flash'. Como anécdota, el actor decidió cantar la canción 'I'm Yours' de Jason Mraz, del que es un gran fan.
Actor revelación por 'The Flash'
Aunque fue en 'Glee' donde Grant Gustin se dio a conocer, ha sido con 'The Flash' donde el actor se ha convertido en uno de los grandes actores de televisión del momento. Su gran papel como Barry Allen/Flash en la ficción del canal CW le valió incluso el premio como mejor actor revelación en la Gala de los Saturn Award del año 2015.
Gran aficionado de Los Angeles Clippers
Le gusta mucho el baloncesto y es un gran aficionado de Los Ángeles Clippers. Es habitual verle subir fotos en las redes sociales con camisetas o gorras del equipo angelino. Su jugador preferido es el escolta Jamal Crawford, del que tiene varias camisetas.
Su equipo de fútbol americano son los Giants
Además del baloncesto, al hombre más rápido del mundo también le gusta mucho el fútbol americano. Tal y como ha dejado claro siempre en las redes sociales su equipo favorito son los New York Giants.
Una persona muy familiar
A pesar del éxito y la fama que le ha dado su papel en 'The Flash', parece que Gustin sigue manteniendo los pies en el suelo. Su familia es una de las grandes culpables de esto. Es una persona muy apegada a ella y es habitual ver fotos en las redes sociales con su hermano o con sus padres. "Mi familia es mi mejor consejera y quien más me ayudó cuando comenzó toda esta locura de la fama", llegó a admitir.
No estuvo lejos de estudiar arquitectura
A pesar de sus dotes como actor y cantante, la idea de Grant Gustin no siempre fue la de dedicarse al mundo de la actuación. Desde pequeño siempre hablaba de dedicarse a la arquitectura, ya que le encantaba dibujar y se le daba bastante bien. No fue hasta el instituto cuando decidió apostar (con éxito) por la interpretación.
Su primera aparición delante de las cámaras
La primera vez que Grant se puso tras una cámara fue en el año 2003, cuando solo tenía 13 años. Fue para un DVD en el que se fomentaba el deporte entre los más pequeños. El título de dicho DVD fue "Kid Fitness Jungle Adventure Exercise Video".
El significado de sus tatuajes
Lleva dos tatuajes. El primero se lo hizo en el antebrazo y lleva escrita la frase "Love Above All Else", el amor por encima de todo. El segundo que se hizo es un mapa del estado de Virginia con una seña en Norfolk, el pueblo donde nació y creció.
