Resulta harto curiosa la trayectoria cinematográfica de Peter Jackson: tras revolucionar, junto a Sam Raimi, el cine más extremo con títulos como 'Braindead' o 'Meet the feebles', el director neozelandés saltó a la palestra internacional con la oscarizada adaptación de 'El señor de los anillos' y, años después, con el más bien fallido remake de 'King Kong'. Por el camino, y algo olvidados por el gran público, podemos encontrar títulos como la gamberra 'Agárrame esos fantasmas' y, por encima de todo, esa notable rara avis que llevó por nombre 'Criaturas celestiales', y que es, con diferencia, el film más serio del director hasta la fecha
Por su parte, 'The lovely bones' parecía querer retomar la senda de aquel film protagonizado por una por aquel entonces desconocida Kate Winslet, pero por desgracia la adaptación que Jackson realiza de la novela de Alice Sebold no termina de cuajar en casi ningún momento, divagando sin rumbo ni acierto entre el thriller sobrenatural y el melodrama, confundiendo sensibilidad con sensiblería, y recordándonos en no pocos pasajes a filmes como, por ejemplo, 'Más allá de los sueños'.
'The lovely bones' sucumbe ante unas interpretaciones más bien olvidables, en las que ninguno de sus protagonistas logra transmitir veracidad al espectador a excepción de un Stanley Tucci solo ante el peligro, cuya presencia carga con todo el peso de un thriller sobrenatural -de vendetta o de justicia divina, a elegir- que se diluye en un metraje cuya continuidad narrativa queda completamente subyugada a los caprichos visuales de su director.
Por tanto, 'The lovely bones' es, por encima de todo, un film que destapa las carencias del neozelandés a la hora de retratar con verdadera profundidad a unos personajes que se nos presentan idílicos y arquetípicos a partes iguales, en un film tremendamente almibarado en su mojigato mensaje pseudoexistencial.