Hace no tanto, muchos negábamos la crisis del cine de superhéroes. La burbuja no había estallado y las cifras de taquilla todavía contradecían la teoría de la "superhero fatigue". Sin embargo, hoy en día, la historia es distinta. Un par de años más tarde, los indicios son claros y los superhéroes no atraviesan su mejor momento. En el caso de Marvel concretamente, existe actualmente una crisis de identidad que, unida a varias polémicas y rumores tras las cámaras, hace que el estudio de Kevin Feige no consiga remontar el vuelo en su nueva etapa.
En este contexto llega 'The Marvels', y por ello, la presión sobre ella es injustamente mayor de la que debería. La continuación de 'Capitana Marvel' cierra un año muy desigual para el UCM, en el que no han faltado los éxitos, pero que también ha servido para demostrar que el otrora intocable estudio también puede fallar. Marvel necesita ese milagro que devuelva la fe a los que la han perdido, y por desgracia, 'The Marvels' no va a desempeñar ese papel.
En lugar de venderla como 'Capitana Marvel 2', Marvel ha decidido presentar esta película como algo diferente a una secuela. Dirigida por Nia DaCosta ('Candyman'), 'The Marvels' se construye más bien como un crossover o team-up, la historia de origen de un nuevo supergrupo dentro del cada vez más multitudinario cosmos marvelita, que une a Carol Danvers (Brie Larson), Kamala Khan (Iman Vellani) y Monica Rambeau (Teyonah Parris), tres personajes con mucho en común.
La premisa de 'The Marvels' es desde luego atractiva. Al entrar en contacto con un anómalo agujero de gusano vinculado a una revolucionaria Kree llamada Dar-Benn (Zawe Ashton), los poderes de Carol Danvers se ven conectados con los de Kamala y Monica, con la que comparte habilidades lumínicas y electromagnéticas. A partir de ese momento, las tres quedarán irremediablemente unidas, intercambiándose cada vez que usan su poder. Con la amenaza de Dar-Benn cerniéndose sobre ellas, The Marvels tendrán que unir fuerzas y aprender a trabajar en equipo para salvar el universo.
La unión hace la fuerza
DaCosta orquesta divertidas y enérgicas escenas de acción que sacan partido a ese jugoso concepto, con combates ingeniosos y muy dinámicos que subrayan la fuerte conexión que hay entre las tres protagonistas. Ellas son, sin lugar a dudas, lo mejor de 'The Marvels', un trío insólito formado por personalidades muy distintas en las que la química no se puede negar. Aunque el guion no siempre le sepa sacar partido.
El corazón del equipo lo bombea Vellani, que interpreta a Kamala con esa inocencia e ilusión del que descubre el mundo por primera vez, un espíritu similar al del Peter Parker de Tom Holland en sus primeras apariciones en el UCM. Ella, con su desbordante energía fangirl y su optimismo, compensa la estoicidad de Carol y el hermetismo de Monica, dos personajes con un complicado pasado en común, abriendo camino así para que ambas reconecten. Lo malo es que, por bien que nos caigan, la relación entre ellas no está bien desarrollada, resulta atropellada y acaba desluciendo el trabajo de las actrices, con un guion y un montaje que subraya las carencias de la historia, dejándola en la superficie cuando podía haber sido algo mucho más emocionante.
En general, la película adolece de una confusión creativa y tonal considerable. Se ve en ese desarrollo del grupo, que pasa muy abruptamente de la tensión a los montajes musicales de BFFs, sin dejar tiempo para que la conexión crezca de forma orgánica. Pero se refleja en todos los aspectos del film, que no tiene muy claro qué quiere ser o hacia dónde se quiere dirigir.
Quedan a la vista sus costuras como producto de Marvel, en el que hay demasiadas manos, donde la tensión entre los creativos y el estudio resulta en un Frankenstein en el que se nota que faltan escenas, y que otras tantas están metidas a posteriori y con calzador. El caos, por tanto, es la tónica general, y la historia se desdibuja en un impersonal batiburrillo de ideas sin estructura que no terminan de tomar forma.
Una villana olvidable y mucha locura
Pese al buen hacer de Larson, Vellani y Parris, 'The Marvels' es un catálogo de todas las debilidades de Marvel. El estudio ha crecido apoyándose en su (hasta ahora) infalible fórmula a base de acción, humor y emoción, pero aquí, los ingredientes forman una masa extraña.
Hay emoción, sí, pero cuesta verla como sincera (algo que, por ejemplo no ocurría en 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3'). La acción cumple, pero los efectos digitales, de lo peorcito que se ha visto en el estudio, la empañan. Y hay momentos verdaderamente divertidos e inspirados, pero luego hay otros que rozan la vergüenza ajena. De hecho, DaCosta no mentía cuando decía que 'The Marvels' era lo más loco que había hecho Marvel. En efecto, la película es ocasionalmente incluso más delirante que las dos entregas de 'Thor' de Taika Waititi, que ya es decir. Dos palabras: segmento musical. Y otra tres: legión de gatitos. Nada te puede preparar para lo que son esas dos escenas.
Otro talón de Aquiles de Marvel que aquí vuelve a hacer acto de presencia es el clásico villano olvidable. Pese a contar con un plan interesante relacionado con el conflicto Kree-Skrull, al final, Marvel vuelve a desaprovechar un importante eje narrativo de los cómics en una trama de segunda que se queda a medias, como en 'Capitana Marvel' y, sobre todo, 'Invasión Secreta'. Una Zawe Ashton algo sobreactuada y desubicada se pierde en una antagonista genérica y no logra otorgarle la gravedad necesaria, sumándose a la lista de malos de Marvel que no recordaremos en dos meses.
El contrapunto lo ofrece Samuel L. Jackson, que aquí nos regala la versión más liviana y divertida de su Nick Fury. El veterano actor despliega todo su carisma en escenas cómicas donde también brilla la familia de Kamala Khan, que son junto a ella los verdaderos robaescenas de la película. Ojalá ver a ese hilarante trío paralelo que forman Muneeba, Yusuf y Aamir en 'The Marvels' anime a más gente a ver 'Ms. Marvel'.
La maquinaria Marvel al descubierto
Por lo demás, 'The Marvels' fluctúa demasiado de una escena a otra. Hay buenas ideas y se nota que la intención es hacer pasar un buen rato sin mayor ambición, lo cual la honra. También hay que celebrar su aporte como blockbuster principalmente femenino y su agradecida duración. Pero falta cohesión, su historia es muy irregular y confusa y no hay una visión creativa unificada. A lo que tampoco ayuda una factura visual inaudita para una superproducción tan cara y un CGI simplemente criminal (sin ir más lejos, 'Loki' luce infinitamente mejor).
Por otro lado, las clásicas sorpresas en forma de cameos o conexiones al esquema mayor del UCM aquí se antojan especialmente forzadas. Por supuesto, no faltan las tradicionales escenas post-créditos (aunque ojo, esta vez las han puesto las dos al principio y no hay nada al final del todo), y si bien son técnicamente explosivas por las implicaciones de futuro, no surten el mismo efecto en el contexto de esta película, ya que parecen más bien parches de última hora para suplir carencias.
A lo largo de la Saga del Multiverso, Marvel ha demostrado en más de una ocasión que es posible hacer algo diferente y personal dentro de los parámetros comerciales del estudio. Lo hemos visto en la trilogía 'Guardianes de la Galaxia', en la infravalorada 'Eternals', en 'Black Panther: Wakanda Forever' o incluso en la vilipendiada 'Thor: Love and Thunder', películas en las que el estudio dejó mayor libertad para que sus creadores llevaran a cabo su visión, con mejor o peor resultado.
En el caso de 'The Marvels', da la sensación de que Marvel no ha confiado en DaCosta y ha metido mano donde ha podido, dando lugar a algo que parece una película, pero no llega a serlo del todo. Funcional y divertida, sí. También mayor en escala que su antecesora y con grandes implicaciones para el futuro del UCM. Pero a su vez, un paso atrás en un saga que necesitaba uno adelante. Más alto, más lejos, más rápido, pero no mejor.
