Antepenútima jornada la de ayer en el Festival D'A de Barcelona, certamen que sigue registrando un aforo preocupantemente discreto en las sesiones de los Cines Aribau, que esperemos mejore durante su último fin de semana, algo más que posible dado que acabamos de conocer que las entradas para su clausura oficial se han agotado. Buenas noticias para un evento que demanda continuidad, aunque quizá le ha faltado en esta edición un extra de promoción y alguna concesión a un público más amplio en su interesante aunque incómodo programa.
Una de las propuestas norteamericanas más atractivas de la sección principal 'Direccions' era 'Things people do', el debut en la dirección del reputado montador israelí Saar Klein. Se trata de un drama criminal que utiliza un argumento bastante previsible -un hombre de clase media que tras ser despedido se aferra a una vida criminal y así poder pagar la hipoteca- para construir una película de tesis sobre la moralidad y sus límites. Mantiene el interés gracias al empaque visual que el director le imprime a su obra y también a un Wes Bentley notable, que tiene al fin un protagonista al que sacarle auténtico partido tras una carrera llena de altibajos.
Cine intimista italiano
Como parte de la sección 'A toute vitesse' pudimos ver 'Il sud é niente' (El sur no es nada) del realizador italiano Fabio Mallo. Se trata de la historia de Grazia, una adolescente calabresa que buscará el paradero de su adorado hermano, emigrado tiempo atrás a Alemania y al que su familia da por muerto. Es una película sensible y de ritmo reposado, que deja tiempo para prestar atención a un atractivo paisaje cinematográfico y para ver evolucionar a sus personajes y sus relaciones. El buen hacer de la protagonista Miriam Karlkvist contribuye a engancharse a esta agradable propuesta.