Corría el año 2010 cuando salió a la luz una película de escaso presupuesto titulada 'Titanic 2'. No, no se trata de un remake del film original de James Cameron ('Titanic', 1997), ni está protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Ni siquiera llegó a los cines, sino que fue directamente a DVD. Pero lo que sí dejó en el aire (amén de una más que mejorable producción) fue la idea de construir una réplica exacta del transatlántico que en 1912 intentó completar, sin éxito, la travesía entre Southampton y Nueva York.
Dos años más tarde, en 2012, un magnate australiano llamado Clive Palmer decidió hacer realidad su sueño y llevar a cabo una "copia" del navío inglés (en la imagen, el boceto), que presumiblemente soltará amarras en el año 2018. Aunque el viaje inaugural no surcará el mismo recorrido, sino un trayecto entre Jiangsu (China) y Dubai, el nuevo buque sí contará con todo lujo de detalles a imagen y semejanza del original. Con capacidad para 2.400 pasajeros (200 más que el 'Titanic') la réplica contará con 270 metros de eslora y 53 metros de altura, con los que podrá alcanzar la velocidad de 24 nudos.
Así, en un viaje que servirá de tributo a los fallecidos en el trágico suceso de principios del siglo XX, los pasajeros que decidan embarcase en este homenaje flotante podrán posar junto al reloj del salón que se hizo famoso por sus escenas de la película, o sentirse por un momento "los reyes del mundo" asomándose (con mucha precaución) a la proa del barco. Para inmiscuirse todavía más en el ambiente, cada pasajero deberá llevar su propia ropa de época, que habrá de ser acorde según su billete sea de primera, segunda o tercera clase.
Con toda serie de adelantos tecnológicos
Para los que tengan en mente el desenlace que inspiró la oscarizada película, no teman, no hay de qué preocuparse. Y es que la nueva versión del Titanic no tiene nada que envidiar a un buque moderno en cuanto a prestaciones tecnológicas y de seguridad se refiere (sí, tiene botes salvavidas para todos sus ocupantes). La construcción tendrá un precio estimado de más de 400 millones de dólares y contará con nuevos lujos de los que carecía el original, como un casino, gimnasio, spa o baños turcos.
En las fotografías que ha difundido la compañía de cruceros Blue Star Line se pueden apreciar las similitudes, más que conseguidas, que el buque guarda con su antecesor. Según varios medios estadounidenses, la puja por los tickets de primera clase podría llegar a alcanzar el millón de dólares por cabeza, mientras que el precio por dormir en uno de los camarotes de tercera ronda los 200 dólares por noche. Así que lo mejor será que, de momento y a falta de lotería, echemos un vistazo a la siguiente galería.