Energía desatada, humor absurdo, giros imposibles y acción a la máxima potencia. Además de las evidentes influencias de Quentin Tarantino y Guy Ritchie, maestro y aprendiz que un día apuntaba a listillo de la clase, el cine de Matthew Vaughn se ha movido constantemente sobre estos pilares. Y los resultados, en la inmensa mayoría de casos, han sido notables.
Con solamente ocho largometrajes en su maleta, el director, productor y guionista británico ha dado forma a una trayectoria realmente disfrutable y repleta de escenas que, ya sea a través de la épica, la risa o el estallido, a veces incluso se produce el encuentro de todas ellas, tienen la fuerza suficiente como para permanecer en la memoria. Si a todo ello sumamos personajes carismáticos, repartos de ensueño y un pulso siempre vertiginoso, lo que nos queda es la certeza de estar ante un tipo con altas y contrastadas dosis de talento.
Puede que la fórmula esté rozando ya el exceso por una cuestión de pura reiteración, pero todavía quedan ganas de gozar a lo grande con un buen entretenimiento con la marca Vaughn en una buena sala, frente a una gran pantalla y con el aroma inconfundible de las palomitas. Entretenimiento en vena.
El cine de Matthew Vaughn, de menos a más
'Kingsman: El círculo de oro'
Quizá fueron las expectativas generadas por su espléndida predecesora, pero lo cierto es que 'Kingsman: El círculo de oro' fue una sonora decepción tanto como secuela como película de Matthew Vaughn. Todo sonaba a ya visto y oído antes, sin duda, pero también de un modo (mucho) más descafeinado, plano y aburrido. Hay destellos puntuales, pero el resultado final se acerca peligrosamente al desastre en no pocas ocasiones.
'Layer Cake - Crimen organizado'
Aunque se sigue con interés constante, cuenta con un magnífico reparto y el ritmo es incesante, 'Layer Cake - Crimen organizado' carece de algo tan importante y valioso como es la personalidad propia. Demasiados ecos a cineastas ajenos, mucha referencia evidente y poco poso autoral para una propuesta tan eficaz como intrascendente.
'Argylle'
La inmensa mayoría de la crítica la ha destrozado sin piedad, pero en 'Argylle' encontramos al Matthew Vaughn más reconocible. Y esa es una estupenda noticia para quienes adoramos su manera de entender, plantear y elaborar el blockbuster. Excesiva, tontorrona, repleta de sorpresas, cameos y giros y con algunas de las escenas más memorables de su carrera, la última propuesta del británico es, para bien y para mal, una fiesta desenfrenada y sin ningún tipo de vergüenza ni límite.
'The King's Man: La Primera Misión'
Dirigida y escrita con importantes cantidades de talento por Matthew Vaughn e interpretada con entusiasmo por todos y cada uno de los miembros de su extenso reparto, con 'The King's Man: La Primera Misión' nos encontramos ante una de esas películas que se devoran y disfrutan con suma facilidad. Un entretenimiento de primera categoría que superaba con creces a la (muy) decepcionantes 'Kingsman: El círculo de oro' y rozaba seriamente los talones de su notabilísima primera entrega. Una precuela que superó todas las expectativas.
'Stardust'
Pequeña gran joya de culto dentro del cine fantástico de los últimos años, 'Stardust' es un auténtico festín para los amantes del género. Con una admirable capacidad para introducirte desde el primer momento en su particular universo, la cinta de Matthew Vaughn, quien adapta una novela no menos extraordinaria de un autor tan esencial como Neil Gaiman, está repleta de escenas memorables donde la aventura, el romanticismo, el encanto y la ternura se combinan con una fabulosa eficacia.
'Kingsman: Servicio Secreto'
La fórmula de 'Kingsman: Servicio Secreto' es tan evidente como efectiva. Coger un género, en este caso el de los espías más representativos con Bond, James Bond, a la cabeza, y convertirla en un festival pop de explosiones, guiños cinéfilos y encantadora extravagancia. El primer punto a favor es que su director, Matthew Vaughn, ya hizo lo mismo con el cine de superhéroes con la soberbia 'Kick-Ass. Listo para machacar' y aquí volvía a repetir sus mejores trucos consiguiendo un inicio de saga adolescente refrescante y diferente que, afortunadamente, no se olvida del público adulto, ofreciendo una feliz recompensa para ambos.
'X-Men: Primera generación'
Tras la polémica 'X-Men 3: La decisión final' y la desastrosa 'X-Men Orígenes: Lobezno', la saga mutante parecía abocada al ostracismo cinematográfico. Sin embargo, de la forma más inesperada posible, Matthew Vaughn se presentó voluntario para liderar una nueva oportunidad de resurrección con 'X-Men: Primera generación'. Y le salió bien. Muy bien.
Refrescante, divertida, espectacular y vibrante, o lo que es lo mismo, un blockbuster prácticamente perfecto que funcionaba desde la inyección de energía renovada y entusiasmo general, empezando por el propio Vaughn y terminando en un reparto que se lo pasa en grande con cada uno de sus respectivos personajes. Clara candidata a mejor entrega mutante hasta la fecha.
'Kick-Ass. Listo para machacar'
Tras demostrar un talento más que interesante con sus dos primeros trabajos, las citadas 'Layer Cake - Crimen organizado' y 'Stardust', Matthew Vaughn firmó con 'Kick-Ass: Listo para machacar' una de las mejores y más inspiradas películas de superhéroes de lo que llevamos de siglo XXI.
Y es que, adaptando el cómic de Mark Millar, el cineasta británico ofreció a los espectadores un auténtico festival de carcajadas, violencia, grandes canciones, personajes memorables y, sobre todo, ideas visuales realmente fascinantes que terminaban de redondear un entretenimiento vertiginoso, divertido, trepidante y sobresaliente. Por desgracia, la secuela no estuvo a la misma altura, pero 'Kick-Ass: Listo para machacar' sigue brillando frente a sus heroicas y mastodónticas competidoras desde la frescura y la originalidad. Y como la gran cima artística alcanzada por Vaughn.