Digamos que la relación entre Martin Scorsese, uno de los cineastas más importantes de la historia del Cine, y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas ha estado mucho más marcada por la decepción que por el amor. Siempre ha habido guiños por ambas partes, muestras de respeto mutuas y coqueteos simpáticos pero, a la hora de la verdad, todo quedaba, en el mejor de los casos, en una nueva nominación para el bueno de Martin. Y eso, se mire desde la perspectiva que se mire, invita a la incomprensión más absoluta.
Y es que, casi desde el primer momento de su trayectoria profesional, el cine de Scorsese ha tenido el suficiente peso, talento y relevancia artística como para haber sido bañado por el oro del Oscar, una estatuilla que, atención, no consiguió tener entre sus manos hasta el pasado año 2007. De locos. La escogida para ese logro histórico fue ese excelso remake titulado 'Infiltrados', tremenda película, pero está claro que el galardón llegó tarde. Demasiado tarde.
Además, como queda demostrado en este especial, la Academia tuvo numerosos opciones previas para rendirse a los pies del cineasta, dejando pasar todas y cada una de ellas hasta convertir ese ejercicio de ignorancia en una especie de tradición tan desconcertante como injusta. Por eso, puestos a imaginar un mundo mejor, soñemos con todas esas ceremonias en las que Scorsese debería haber elevado el Oscar al cielo mientras recibía una nueva ovación cerrada.
Todas las veces en las que a Scorsese le robaron el Oscar
'Taxi Driver'
La primera gran obra maestra de Martin Scorsese, 'Taxi Driver', necesitó poco tiempo para convertirse en pieza de culto absoluta para toda una generación y en fuente de influencia directa para millones de cineastas. Película inmensa que arrasa desde su primera escena hasta un desenlace inolvidable, la historia de Travis Bickle sigue impactando con la misma fuerza hoy que en el día de su estreno. Sin embargo, ese efecto no fue tan poderoso en su momento para una Academia que decidió rendirse a la bondad y épica de 'Rocky' antes que a la suciedad, la violencia y el caos del prodigio construido por Scorsese. El tiempo, desde luego, ha sido claro con ambas. Sí, queremos mucho a Balboa, pero no roza los talones de 'Taxi Driver'.
'Uno de los nuestros'
'Uno de los nuestros', monumento cinematográfico esencial de la historia del cine y explosión definitiva del talento de Martin Scorsese, tampoco contó con el beneplácito de una Academia que, una vez más, optó por premiar antes a un actor recién llegado a la silla del director. Y es que, a la hora de la verdad, Kevin Costner y su notable 'Bailando con lobos' acabaron triunfando con 7 Oscar, incluyendo el de Mejor película y director, en una ceremonia en la que Scorsese y su equipo solamente consiguieron el premio correspondiente a Mejor actor de reparto para un inolvidable Joe Pesci. Siempre a favor de revindicar el western, pero esta debería haber sido la noche de Scorsese y 'Uno de los nuestros'.
'Gangs of New York'
Durante un breve periodo de tiempo dentro de su carrera, Martin Scorsese empezó a demostrar un inesperado interés por ofrecer películas que pudieran terminar bajo una lluvia de estatuillas, trabajos que, pese a estar marcados por la arrolladora personalidad de su responsable, desprendían un inconfundible aroma académico. En ese sentido, destacan claramente 'Gangs of New York' y 'El Aviador', dos propuestas que, además, también coincidieron en el fracaso dentro de sus respectivas ediciones de los Oscar.
En el primero de los casos, la sorpresa fue doble, ya que, tras obtener diez nominaciones, todo apuntaba a un ajuste de cuentas entre la Academia y Scorsese. Error. Cero premios para una película tan ambiciosa y deslumbrante como irregular y caótica. Una joya que aspiraba a obra maestra y que terminó, en lo que respecta a las estatuillas, arrodillada ante 'Chicago'. Las bandas de Nueva York destruidas por un musical. Ver para creer.
'La invención de Hugo'
Pese a ser la película más nominada de su edición con presencia en 11 categorías, 'La invención de Hugo', otra de esas joyas incomprendidas que se acumulan en la última etapa de la carrera de Martin Scorsese, terminó perdiendo su particular batalla contra la otra favorita de la noche: 'The Artist'. De acuerdo, ese caramelo nostálgico y repleto de encanto protagonizado por Jean Dujardin fue una de las grandes sorpresas de la temporada, consiguiendo que millones de espectadores acudieran en masa a ver una película francesa, muda y en blanco y negro en pleno 2011, pero a nadie se le escapa que 'La invención de Hugo', la otra carta de amor al cine de aquel año, contenía mucho más cine en su interior. De acuerdo, se puede aceptar el Oscar a Mejor película para 'The Artist', pero la estatuilla a Mejor director debería haber caído en manos de Scorsese antes que en las de un Michel Hazanavicius que el tiempo ha terminado ubicando en el terreno de la decepción constante. La flor de un día venciendo a un gigante inoxidable.
'Shutter Island'
El viaje a la locura, al perdón, al dolor, al terror y al amor que ofrece 'Shutter Island' es, al mismo tiempo, un trayecto apasionante hacia el mismo corazón del cine de intriga, de la genialidad del suspense, del ingenio de la sorpresa desvelada con maestría. Todo ello, fuera dudas, comandado por una dirección muy cercana a la perfección. La novela en la que se inspira, firmada por el gran Dennis Lehane, ya era más que notable, pero lo que hace aquí Scorsese es abalanzarse sobre ella para extraer todo su potencial, edificando una de sus joyas más accesibles y celebradas por el público. Porque 'Shutter Island' no se ve, se devora. Y siempre deja con ganas de más. Excepto a los académicos, claro, que la ignoraron por completo, cero nominaciones, cediendo espacio a obras muy inferiores como, por ejemplo, 'Los chicos están bien', 'The Fighter' o incluso la triunfadora de aquella edición: 'El discurso del rey'.
'Casino'
La crítica y el público decidió, de manera bastante simplista y perezosa, que 'Casino' era una especie de hermana pequeña de 'Uno de los nuestros', convirtiéndola así en una clara víctima de las siempre odiosas comparaciones. Y es que, aunque es evidente que la esencia de ambas propuestas es muy similar, estamos ante una cinta con la suficiente personalidad, carisma, energía y talento como para ser celebrada por sí misma. Liderada por un trío maravilloso formado por Robert De Niro, una Sharon Stone que nunca ha estado mejor y el siempre eficaz Joe Pesci, 'Casino' son más de 170 minutos de cine en estado puro, rodado con el pulso firme de un genio que se siente comodísimo jugando en casa.
Hay películas mejores en su carrera, pero pocas tienen un sello Scorsese tan marcado. Y ni así consiguió que la Academia le hiciera caso en uno de las carreras por el Oscar más extrañas y sorprendentes de todos los tiempos, siendo sustituida en las categorías de Mejor película y director por trabajos como 'Leaving Las Vegas', 'Babe, el cerdito valiente' o 'El cartero (y Pablo Neruda)'. Incomprensible se queda corto.
'El último vals'
Si observamos con detalle las numeras listas empeñadas en ordenar la obra cinematográfica de Scorsese de mejor a peor, solemos encontrar 'El último vals' siempre entre los puestos medios o bajos de la tabla. Una injusticia que solamente se puede entender si pensamos que se valora con mayor entusiasmo las opciones ajenas al género documental. Porque esta obra maestra que plasma en inolvidables imágenes el concierto de despedida de The Band, uno de los conjuntos esenciales de la historia de la música americana, puede (y debe) codearse siempre al lado de las propuestas más reconocidas del imprescindible cineasta.
Las canciones compuestas por Rick Danko, Garth Hudson, Richard Manuel, Robbie Robertson y Levon Helm, en pie, son suficiente reclamo para captar la atención de cualquier espectador hambriento de grandeza musical, pero es que, además, Scorsese encuentra siempre el plano perfecto, la mirada adecuada, el gesto cómplice en una banda que se acercaba a su glorioso final. Uno de los mejores documentales musicales de la historia que debería haber optado, como mínimo, a las estatuillas correspondientes a Mejor montaje y director. Y, ejem, haberlos ganado.
'Toro salvaje'
Los académicos tuvieron con 'Toro salvaje', considerada por gran parte de público y crítica la obra maestra de la carrera de Scorsese, una oportunidad de oro para resarcirse del error cometido con 'Taxi Driver'. Sin embargo, apareció Robert Redford debutando como director con la maravillosa 'Gente corriente' y le terminó dejando otra vez con las manos casi vacías. La excelsa propuesta firmada por Scorsese tuvo que conformarse con dos estatuillas de ocho nominaciones: Mejor Montaje y, por supuesto, Mejor Actor para un impresionante Robert De Niro. Poca recompensa para uno de los grandes clásicos de la historia del cine.
'Silencio'
Si uno se sumerge de lleno en la filmografía de Martin Scorsese, un ejercicio más que recomendable para disfrutar de horas y horas de cine incontestable, descubre que 'Silencio' es la obra más infravalorada del cineasta. Y de lejos. Incomprendida e infravalorada por la inmensa mayoría de un público que la acusó de aburrida e interminable, esta apabullante reflexión sobre la fe y la religión como modelo casi de supervivencia y perdición tampoco encontró cariño por parte de la Academia, quien solamente la nominó en la categoría correspondiente a Mejor fotografía. Una ausencia casi total que duele todavía más si tenemos en cuenta algunas de las propuestas que pelearon por las estatuillas en aquella edición como, por citar los ejemplos más irritantes, 'Lion' y 'Fences'. No, ninguna de estas dos cintas eran mejores películas que 'Silencio'. Y 'Manchester frente al mar' no estaba mejor dirigida que 'Silencio'.