A estas alturas de la película, y de su vida, ¿qué se puede decir que no se haya dicho ya del peso de la obra de Clint Eastwood como director en la historia del séptimo arte? Sea más o menos ajustada la etiqueta de último gran clásico, debatible teniendo en cuenta la presencia y estado de forma de cineastas como Martin Scorsese, Steven Spielberg, Woody Allen o Hayao Miyazaki, por citar otros cuatro gigantes, está claro que hablamos de una de las mayores leyendas que nos ha dado el séptimo arte.
En el caso que nos ocupa, el de su labor detrás de la cámara, encontramos además a un maestro absoluto, un genio que ha sabido imprimir una emoción y poesía inigualable a un altísimo número de películas que forman parte de la memoria de varias generaciones. Un público que festeja cada uno de sus nuevos (y últimos) pasos con el entusiasmo que merecen.
Por eso, aunque el ejercicio de este tipo de especiales conlleve ejecutar la compleja y siempre subjetiva tarea de clasificar de menos a más, todas y cada una de las propuestas aquí presentes son imprescindibles para entender y completar el mapa artístico y vital de Clint Eastwood. Uno de los más grandes.
Las películas de Clint Eastwood como director, de menos a más
'15:17 Tren a Paris'
Cuesta creer que una película tan vacía, fallida, aburrida y carente de toda energía como '15:17 Tren a París' viniera firmada por Clint Eastwood. Protagonizada por los tres jóvenes que sufrieron el hecho real en el que se basa la película, los cuales demuestran de manera más que contundente que no son actores y que, visto lo visto, jamás lo serán, la cinta avanza siempre desde la misma nada, incapaz de aportar algo al bostezo general, a la anécdota más risible, al subrayado más vergonzoso.
No hay nada, absolutamente nada, del Eastwood que nos conquistó en multitud de ocasiones previas y que, afortunadamente, nos recuperaría en el futuro, en una película desastrosa cuya mera existencia supone un borrón doloroso en la trayectoria de un cineasta esencial. '15:17 Tren a París' no es solamente lo peor que ha firmado en el siglo XXI, sino que hablamos del peor trabajo como director de su carrera.
'Primavera en otoño'
Tras las magníficas 'Escalofrío en la noche' e 'Infierno de cobardes', vaya dos películas para iniciar una carrera como director, Eastwood firmó uno de sus puntos más bajos con 'Primavera en otoño', un soporífero drama romántico que solamente ofrecía un bote salvavidas en forma de interpretaciones protagonistas de William Holden y Kay Lenz. ¿El resto? La nada.
'Jersey Boys'
Carente de ritmo, vida y alma, dirigida con desgana absoluta y con un conjunto de interpretaciones lamentables, 'Jersey Boys', historia sobre los Four Seasons, conjunto musical que tampoco se puede decir que escribiera una página dorada dentro de la música, supone uno de los puntos más fallidos de la carrera de Eastwood.
Una trama que mezcla comedia, thriller mafioso y musical con una pereza contagiosa, sin dar con la tecla de ninguno de los tres géneros, complicando un argumento que por muchos flashbacks a los que recurra, saltos en el tiempo y dramas humanos de andar por casa, no consigue mantener el interés de ninguna de las maneras. Todo es rutinario, frío y se observa con distancia e indiferencia, perdiendo la esperanza de que ocurra algo, lo más mínimo, que salve la función. Y no ocurre. Nada. Absolutamente nada.
'El principiante'
La característica más incomprensible de 'El principiante', y eso que tiene unas cuantas, es que apareció en un momento de la carrera de Eastwood en la que el actor y director acababa de firmar una de sus obras más cautivadoras e incomprendidas, 'Bird', fascinante biopic de ese héroe perdido del jazz llamado Charlie Parker.
Además, inmediatamente después de estrenar este anodino ejercicio de cine policíaco anclado en cien lugares comunes, Clint se resarciría con 'Cazador blanco, corazón negro', notable reflejo de las circunstancias que rodearon el rodaje de 'La reina de África', de John Huston. Dos películas, previa y posterior, que sirvieron para que olvidásemos una propuesta tan insuficiente y fallida como 'El principiante'. Fórmula vieja y gastada.
'Licencia para matar'
Exceptuando la banda sonora del infalible John Williams, no hay nada en 'Licencia para matar' que pase del aprobado (muy) raspado. Ni el suspense, ni el apartado dramático, ni la acción consiguen destacar en una propuesta totalmente descafeinada a la que su excesiva duración tampoco ayuda lo más mínimo. Un trabajo muy menor del Eastwood director y actor.
'El francotirador'
La adaptación al cine de la autobiografía de Chris Kyle, un seal cuya leyenda se basa casi exclusivamente en haber batido el récord de muertes como francotirador del ejército norteamericano, aportaba el suficiente número de elementos como para optar por el optimismo. En manos de Eastwood, uno de los tipos que más y mejor ha reflexionado sobre el peso de los traumas, las cicatrices que deja el dolor en los huesos y en el cerebro, la insoportable levedad del corazón humano en medio del infierno cotidiano, la rabia en los ojos, la tristeza, los grises que deja el paso del tiempo, ya sean segundos, horas o toda una vida, uno podía esperar todo de 'El francotirador'.
Por desgracia, se encuentra con lo obvio, es decir, una banal propaganda patriótica, un artefacto de notable factura técnica pero nula profundidad dramática. Eastwood apuesta por dejar todo el peso del relato en las escenas bélicas que se suceden entre los paréntesis domésticos que nos dejan intuir lo que podría haber sido y nunca será. En Irak, en el campo de batalla, tenemos los mejores momentos cinematográficos, rodados con pulso, nervio, sabiduría en la acción y el suspense pero, más allá de eso, no se aporta nada que no se haya visto o escuchado antes (y mejor).
'Ruta suicida'
'Ruta suicida', más que una película, es una sucesión de tópicos carcomidos por el paso del tiempo, anulados por una mezcla de solemnidad y ridículo que nunca casan bien y en la que Eastwood nunca parece encontrarse cómodo. Incapaz de encontrar nunca el tono y ritmo adecuado en una propuesta carente de sentido del espectáculo y obsesionado con anular completamente el interés dramático de sus personajes, 'Ruta suicida' es la nada más absoluta, el entretenimiento ausente, el estereotipo arruinado por la falta de interés de sus responsables, con Clint a la cabeza, hacia una historia que nunca termina de despegar o transmitir algo más allá del bostezo. No es un trabajo menor. Es un trabajo inaceptable.
'Firefox: El arma definitiva'
'Firefox', acompañada en su título en castellano con 'El arma definitiva', es uno de esos trabajos en los que Clint decidía dirigir sin leer el guión. Porque no existe otra razón para entender porque Eastwood se metió de lleno en una propuesta sin pies ni cabeza que anula en su segunda mitad, involuntariamente cómica y narrativamente desastrosa, los pequeños logros que se encuentran en un primer tramo en el que el espionaje es el gran protagonista.
Y es ahí el lugar en el que se empieza a intuir a un director inteligente, efectivo y resolutivo a partes iguales. Lamentablemente, como si de una moneda al aire se tratara, las opciones de victoria terminan destruidas con la cruz final. Fuegos artificiales que terminan por ahogar todas sus (pocas) virtudes.
'Invictus'
Partiendo de una figura tan potente como la de Nelson Mandela, Clint Eastwood construyó con 'Invictus' uno de esos biopics pegados de manera definitiva a los tópicos y lugares comunes más reconocibles del género. Y ahí fallaba una película que, contando con dos interpretaciones más que destacadas por parte de Matt Damon y, sobre todo, Morgan Freeman, resultaba insatisfactoria por su previsibilidad, querencia por la zona de confort y nula capacidad de riesgo. Eso por no hablar de líneas de diálogo forzadas hasta el infinito para cazar sentencias absolutas dictadas con aparatosa solemnidad por una figura histórica a la que se rinde un honor demasiado evidente a lo largo de un desmedido metraje. En definitiva, una cinta construida desde el piloto automático.
'El sargento de hierro'
Está claro que, en términos puramente cinematográficos, no es una de las grandes películas de Clint Eastwood como director, aunque, en lo que respecta a su faceta como actor, aquí realiza una de sus interpretaciones más hilarantes, pero, maldita sea, 'El sargento de hierro' es una de las más divertidas y entretenidas. Imposible no memorizar líneas de diálogo tan míticas como: "Soy el sargento de artillería Highway. He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos que todos vosotros juntos, capullos".
'Más allá de la vida'
'Más allá de la vida' tiene lo mejor y lo peor del cine de Clint Eastwood. Es decir, por cada instante de drama profundo y complejo tenemos unos subrayados tan evitables como evidentes, especialmente en un tramo final caótico, apresurado y repleto de excesos de azúcar que terminan resultando más molestos que emocionantes. Sin embargo, en lo que respecta a su prólogo y algunas historias independientes, 'Más allá de la vida' explota en toneladas de auténtico cine, arrebatador en su fuerza, desolador en su golpeo y memorable en su huella. De lo excelso a lo fallido. Lo imposible del equilibrio perfecto.
'Sully'
Tras la decepción que supuso para muchos la sobrevalorada 'El francotirador', Clint Eastwood regresaba con otra de esas historias basadas en hechos reales que parecen diseñadas para ser contadas por su cámara. Y es que, desde su primer plano hasta su emotivo desenlace, 'Sully' es una película con el característico e inconfundible sello del cineasta, quien se muestra completamente comprometido con la trama que está contando y, sobre todo, con un conjunto de personajes a los que trata siempre con una mezcla perfecta de honestidad y cariño. Propuesta clásica al cien por cien que, sumado a la excelente interpretación de Tom Hanks, una más que añadir a su apabullante trayectoria, traía de regreso gran parte del aroma cinematográfico del mejor Eastwood.
'Cry Macho'
Recibida con una injustificada y sorprendente frialdad, 'Cry Macho' es la última película de Clint Eastwood delante y detrás de las cámaras. ¿Acaso se necesita más para ir al cine? Ver a este clásico absoluto, a esta pieza fundamente la historia del séptimo arte, a este actor imponente y cineasta único pasear por el desierto, confesar el dolor de su pasado antes de dormir, echarse una siesta después de almorzar o, sencillamente, bailar un bolero de manera algo torpe, esconde una poesía que va más allá del análisis objetivo. 'Cry Macho' es un regalo.
'Space Cowboys'
Clint Eastwood reúne a, nada más y nada menos, que Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner para vivir una aventura espacial repleta de complicidad, ternura, sonrisas y encanto. Y es que, más allá de su evidente naturaleza de divertimento entre amigos, 'Space Cowboys' tiene ese hechizo del cine clásico más ligero y brillante, una fórmula capaz de capturar la atención, el interés y el corazón del espectador de la forma más (aparentemente) sencilla posible. Nada está subrayado, forzado o impuesto, sencillamente fluye, atrapa y conmueve. Una propuesta tan pequeña en su forma como convincente en su fondo que sigue creciendo en la memoria con el paso de los años.
'Cazador blanco, corazón negro'
Centrada en el proceso de creación de la maravillosa 'La reina de África', 'Cazador blanco, corazón negro' supuso una entrada sobresaliente de Clint Eastwood en la década de los noventa. Y lo hizo, además, en su faceta como director e intérprete, ya que aquí encontramos uno de los trabajos más completos en su faceta de actor. Otro argumento más para celebrar esta historia de ambición, reproche, dolor, angustia, triunfo y resaca artística que se sostiene en todo momento sobre las firmes manos de un talento único.
'Deuda de sangre'
Sin llegar a las cotas de divertimento de su predecesora ('Space Cowboys'), 'Deuda de sangre' nos traía de nuevo una versión ligera de Clint Eastwood, a pesar de transitar terrenos mucho más oscuros, violentos y dramáticos. Y es que, de manera más que evidente y con toda probabilidad voluntaria, el cineasta construye uno de esos thrillers de acción del Hollywood más clásico con tanta solvencia como sencillez, sin complicarse la vida y sin acudir a grandes artificios o atrevimientos. Todo en esta correcta cinta está en su justo lugar, medido al milímetro, contado con la sabiduría característica de Eastwood y sin mayor ambición que la de entretener al espectador con una intriga bien construida y mejor resuelta. Indudablemente efectiva.
'Impacto súbito'
La única película de la saga de 'Harry el sucio' dirigida por Clint Eastwood encuentra su mayor virtud, poca sorpresa, en el reconocido talento de su protagonista tanto delante como detrás de la cámara. Y eso que se nota que estamos ante una de esas cintas que el bueno de Clint accedía a rodar para conseguir el dinero suficiente para poder realizar proyectos mucho más personales como, en este mismo caso, 'El jinete pálido'. Sin embargo, el actor y director sabe lo que el público espera y se lo entrega de una forma directa, clara y concisa. En 'Impacto súbito' todo está en su sitio, nada chirría, cumple con su función y consigue que disfrutemos por cuarta vez del inolvidable Harry Callahan, logrando así la mejor entrega de la saga después de su contundente primera parte. Haciendo fácil lo difícil, una constante de Eastwood.
'Bronco Billy'
Hasta en el terreno de la comedia brilla con luz propia el talento inmenso de Clint Eastwood. Y si tenéis alguna duda al respecto, 'Bronco Billy' os la disipará desde el primer visionado. Tierna, divertida y con una capacidad para despertar la sonrisa cómplice a prueba de prejuicios, esta pequeña joya de la filmografía del cineasta cuenta, además, con una de sus interpretaciones más completas y sorprendentes. Tan sencilla como irresistible. Larga vida a 'Bronco Billy'.
'Escalofrío en la noche'
El debut como director de Clint Eastwood es, además de un estreno maravilloso tras las cámaras, una rara avis dentro de su extensa trayectoria. Y es que, alejado por completo de los géneros que han caracterizado gran parte de su obra, Eastwood construía en esta fabulosa 'Escalofrío en la noche' un thriller realmente asfixiante, perturbador e intenso. Apoyada en la mayúscula interpretación de Jessica Walter, pletórica de inicio a fin, la cinta resulta una experiencia que se vive con el corazón en el puño y las uñas clavadas en el sofá. Espléndida.
'Mula'
¿Es 'Mula' una obra maestra? No. ¿Estamos ante una película menor de Clint Eastwood? Tampoco. Cine marca de la casa, duro y delicado al mismo tiempo, desvergonzado y chulesco, romántico y abrasador, travieso y maduro, esta historia de un octogenario reconvertido en ilustre traficante de drogas le sirve al cineasta para ofrecer otra lección de cine en toda regla. Un modelo narrativo y dramático que se adapta a la perfección a las actuales formas de un Eastwood que se lo pasa realmente bien tanto detrás como delante de las cámaras, regalando una dirección precisa y una interpretación digna de ovación cerrada. Una película infravalorada por los sectores de la crítica y el público más cercanos a la búsqueda del titular fácil que, sin embargo, volvió a hacernos confiar en Cint a muchos que estábamos a punto de perder la fe. Magnífica en su primera mitad y excelsa en su tramo final, 'Mula' es Eastwood en estado puro.
'El jinete pálido'
Remake de 'Raíces profundas', estupenda cinta a la que supera en todos los aspectos, 'El jinete pálido' es una obra que, afortunadamente, ha ido sumando culto a lo largo del tiempo hasta convertirse, por méritos propios, en una de las piezas más valoradas y aplaudidas de la filmografía de Clint Eastwood. Apoyada en una fascinante atmósfera, un ritmo tan pausado como hipnótico y una interpretación y dirección por parte de Eastwood realmente memorables, 'El jinete pálido' es un western que cala hasta los huesos, emocionando de una manera particular y duradera. Obligatoria.
'Banderas de nuestros padres'
Lo que ocurrió en su momento con 'Banderas de nuestros padres' fue un caso evidente de exceso de expectativas. De acuerdo, el entusiasmo estaba plenamente justificado por tratarse un suceso histórico de semejante lustre y un cineasta, Clint Eastwood, ya asentado en su merecido trono de clásico, pero la ilusión unánime, por no decir exigencia, de tener que encontrarnos con una obra maestra hizo que esta más que notable cinta bélica fuese recibida con una sorprendente decepción.
Afortunadamente, el tiempo ha sabido ubicar 'Banderas de nuestros padres' en un terreno mucho más justo, celebrándola como la espléndida película que siempre fue y muchos no supimos ver. Mejor cuando abandona la explosión y ahonda en la fragilidad de sus personajes, 'Banderas de nuestros padres' es puro Eastwood de inicio a fin, un trabajo modélico cuya frialdad está plenamente justificada y que termina conquistando sin artificios ni subrayados. Sutileza y maestría. Combinación ganadora.
'Ejecución inminente'
La despedida de Clint Eastwood a la década de los noventa se tituló 'Ejecución inminente' y forma parte de ese numeroso equipo de grandes joyas infravaloradas de su filmografía. Un thriller notabilísimo en todos y cada uno de los elementos que lo conforman y que guarda en sus primeros compases y gran parte de su desarrollo algunos momentos de inmenso cine. Puede que su desenlace no esté a esa abrumadora altura, aunque tampoco está cerca de ser nada cercano al desastre, pero se trata de una descompensación menor dentro de una película fabulosa.
'J. Edgar'
Tras unos cuantos traspiés, Eastwood volvió al aprobado con la infravalorada 'J. Edgar', biopic de una de las personas más controvertidas de la historia de Estados Unidos. El hombre gracias al cual existe el FBI tal y como lo conocemos, sí, pero también un ser humano lleno de fisuras e incertidumbres, dudas y secretos, inseguridades y temores. Y cuando se trata de esos personajes, claro, Clint es el mejor.
Apostando por contar esta historia a través de flashbacks, el cineasta se sirve de numerosos saltos temporales que, aunque enrevesados en alguna que otra ocasión, consiguen mantener el ritmo de una película oscura, asfixiante, sombría, llena de gritos callados y de tensión. El ascenso de Edgar hasta convertirse en un reflejo excesivo de lo que siempre quiso ser, sus estrategias y ambición, están contadas de manera notable, con nervio incesante y con pocos espacios para el descanso. Tan magnífica como infravalorada.
'Medianoche en el jardín del bien y del mal'
Tras encadenar tres obras maestras tan rotundas como 'Sin perdón', 'Un mundo perfecto' y 'Los puentes de Madison', casi nada, Clint Eastwood firmó una de sus cintas más extrañas, complejas, misteriosas y fascinantes: 'Medianoche en el jardín del bien y del mal'. Adaptación de la novela John Berendt, un texto repleto de personajes imposibles, esta propuesta repleta de situaciones límite, surrealismo hipnótico, seducción y mugre, giros de guion e interpretaciones memorables, con la de un tremendo Kevin Spacey a la cabeza, se sitúa como una rara avis dentro de la filmografía del cineasta. Un tesoro maldito, un diamante de mil caras, una película única.
'Poder absoluto'
¿Buscáis un thriller modélico en todos y cada uno de sus elementos? Aquí lo tenéis. Desde su inolvidable escena inicial, de lo mejor que ha rodado Eastwood en su carrera, hasta una escena final no menos memorable, 'Poder absoluto' es un ejemplo admirable de cómo contar una buena historia. Manejo maestro del tiempo narrativo, elegancia constante en la puesta en escena, dirección de pulso de hierro y un reparto de auténtica altura brindando interpretaciones fantásticas. Lo que viene siendo una apuesta segura.
'Richard Jewell'
'Richard Jewell' es la mejor película de Clint Eastwood en la última década, un logro por el cual su presencia en esta lista ya debería estar más que justificada. Y es que, tras una serie de largometrajes que se dividían entre la inspiración y la más absoluta de las perezas, el actor y cineasta volvía a acertar de pleno con una propuesta llena de la esencia de su cine más celebrado.
Partiendo de una historia real sobre un guardia de seguridad que pasó de héroe a sospechoso de intento de atentado terrorista en cuestión de días, Eastwood demostraba que menos muchas veces es más, haciendo que parezca fácil algo tan sumamente complicado como construir una buena película en todos y cada uno de sus apartados. Sobria, elegancia, clásica y emotiva sin subrayados, 'Richard Jewell' apareció en nuestras vidas a comienzos de 2020 y su recuerdo, a pesar de todo el caos que nos ha acompañado desde entonces, sigue deslumbrando como el primer día.
'El aventurero de medianoche'
Música, lágrimas, ternura y cantidades industriales de talento son las tres principales características que marcan esta extraordinaria 'El aventurero de medianoche', una obra maestra, otra más, en el camino cinematográfico recorrido por Eastwood a lo largo de la historia. Con una interpretación protagonista del propio Clint repleta de matices, delicadeza y honestidad, esta historia de canciones tristes, carreteras vacías y amistades inquebrantables es un clásico instantáneo.
'Gran Torino'
Clint Eastwood llegaba en racha a 'Gran Torino'. Y es que, antes de volver a conseguir el aplauso unánime de crítica y público con su película de 2008, el ilustre actor y director acababa de firmar, nada más y nada menos, que 'Mystic River', 'Million Dollar Baby', la dupla de la notable 'Banderas de nuestros padres' y la excelsa 'Cartas desde Iwo Jima' y esa maravilla siempre tan maltratada llamada 'El intercambio'. Un conjunto de joyas a las que se sumaba con contundencia esta historia protagonizada por el propio Eastwood en el que, supuestamente, iba a ser su último trabajo como intérprete.
El tiempo ha demostrado que este último punto no ha sido así y es, en cierto modo, una pena, porque, entre sus muchas virtudes, 'Gran Torino' funcionaba especialmente bien como despedida a lo grande de una presencia esencial en la historia del cine. Lo tenía todo. El recuerdo del personaje más reconocible que Eastwood supo fabricarse en Hollywood, el clasicismo de sus mejores trabajos como director, la épica sencilla y sensible de sus películas más destacadas y, sobre todo, la auténtica emoción de los legados que imponen y se clavan en la memoria. Una maravilla.
'Infierno de cobardes'
Dos años después de su debut con la más que recomendable 'Escalofrío en la noche', Clint Eastwood volvió a sentarse en la silla de director para firmar una de las películas más formidables de toda su carrera. Palabras mayores. 'Infierno de cobardes', desde su memorable inicio, es un western en el que todo funciona con el nervio e intensidad justa y necesaria. Equilibrio puro en fondo y forma para una de esas propuestas que uno jamás se cansa de volver a ver. La primera obra maestra del Eastwood director.
'El intercambio'
A la hora de hablar de 'El intercambio', nos tenemos que seguir frotando los ojos para comprobar que se trata de una historia basada en hechos reales. Una madre soltera cuyo hijo desaparece y que, tras varios meses de búsqueda, la policía asegura haber encontrado. Hasta aquí, todo bien. El (increíble) problema surge cuando descubrimos, junto a la protagonista, que el menor que le han entregado es un extraño.
Un punto de partida que da paso a una sucesión de momentos de un dramatismo arrebatador que, en manos de Clint Eastwood, terminan conformando una de esas obras maestras marca de la casa. Elegante, clásica, emotiva, sensible y de una delicadeza absoluta, 'El intercambio' sumaba a su envidiable lista de aciertos la que es, todavía hoy, la mejor interpretación de la carrera de Angelina Jolie. Una joya que conviene festejar y reivindicar.
'Bird'
'Bird' es pasión, sudor, descenso a los infiernos, alzamiento al cielo, brindis en la madrugada, desesperación, pasión, sexo, lágrimas, sudor, nervios, supervivencia, autodestrucción y belleza. 'Bird' es compás, sutileza, detalle, estallido, vibración, pálpito, equilibrio al límite, vértigo, precisión y virtuosismo. 'Bird' es jazz hecho cine y viceversa. 'Bird' es un milagro.
'El fuera de la ley'
Tras la muy decepcionante 'Primavera en otoño', una de sus peores películas como director, y las correctas (y ya) 'Un botín de 500.000 dólares' y 'Licencia para matar', Clint Eastwood volvía a ponerse delante y detrás de la cámara para firmar una de sus grandes obras. Y es que, desde sus primeros compases hasta un último tramo realmente apabullante, 'El fuera de la ley' es un western monumental que equilibra con pulso maestro la violencia, el drama y el sentido del humor. Un prodigio que conviene rescatar como una de las cimas incontestables de su trayectoria.
'Un mundo perfecto'
La gran obra maestra 'escondida' en la filmografía de Clint Eastwood se llama 'Un mundo perfecto' y quien la haya visto, cero dudas al respecto, lo sabe. Protagonizada por la mejor versión posible de Kevin Costner, esta huida hacia un horizonte de tragedia, dólares y amistad cuenta con algunas de las escenas más memorables de la carrera del actor y cineasta, inmenso delante y detrás de la cámara. Su clímax final, de lagrimón inevitable, corona una joya atemporal que no ha adquirido ni una pizca de óxido con el paso de los años. Obligatoria.
'Cartas desde Iwo Jima'
Cuando se anunció la decisión de Clint Eastwood de contar la batalla de Iwo Jima mediante dos películas, 'Banderas de nuestros padres' y 'Cartas desde Iwo Jima', que reflejarían este terrible episodio de la guerra del Pacífico desde el punto de vista americano y japonés, muchos cometimos el error de adjudicar el triunfo previo a la primera de ellas. Pero, sorpresas te da la vida, la segunda terminó alzándose con una victoria de esas que, además, finalizan con un resultado aplastante.
Y es que Eastwood, que había caído en ciertos automatismos demasiado evidentes en 'Banderas de nuestros padres', consigue en esta ocasión un drama magistral y emocionante que plasma el horror de la guerra desde la profundidad psicológica y la tradición cinematográfica, desde el respeto y la lealtad, el miedo y la condena a sobrevivir. Se trata, en definitiva, de otra obra maestra que sumar al deslumbrante catálogo de su autor.
'Mystic River'
'Mystic River', el thriller más redondo de la carrera de Clint Eastwood y uno de los mejores de todos los tiempos, es un ejemplo de la maestría que adquirió un director que, paso a paso y película a película, alcanzo el estatus de clásico. Con un reparto espectacular que completaba la jugada maestra con interpretaciones sacadas directamente de las entrañas, especialmente unos brutales Sean Penn y Tim Robbins, ambos ganadores del Oscar por su trabajo, 'Mystic River' continúa siendo, a día de hoy, uno de los trabajos más destacados de la filmografía del maestro. Y con razón. Excepcional.
'Los puentes de Madison'
¿Quién nos iba a decir que una de las mejores películas de la filmografía de Clint Eastwood sería un melodrama romántico protagonizado por él y Meryl Streep? Desde luego, cuesta imaginar esta afirmación en boca de los espectadores que en 1995 acudieron a su cine más cercano para comprobar como el tipo más duro de la ciudad se ponía tierno junto a La Actriz Definitiva. Pero sí, los prejuicios y expectativas saltaron por los aires y todos nos quedamos profundamente conmovidos con una de esas historias de amor inolvidables que nos empujan hacia la lágrima más agradecida y cómplice, aquella que se aleja del robo lacrimógeno.
Todo en 'Los puentes de Madison' tiene el aroma de los grandes clásicos, el ritmo perfecto para narrar con pulso de hierro un amor imposible que finaliza con uno de los grandes clímax que ha conocido el género en toda su historia. Lluvia, un coche, la decisión definitiva y los rostros de dos personas que son conscientes de que la soledad les terminará acompañando para siempre. Un prodigio cinematográfico en toda regla.
'Sin perdón'
Con 'Sin perdón', Clint Eastwood recogió el guante que John Ford había dejado décadas atrás en el aire con la apabullante 'El hombre que mató a Liberty Valance' y retomó la senda del western crepuscular forjado por la soledad del héroe, el pesimismo en medio de las balas, los silencios en blanco y negro, el debate moral antes de cada disparo y los demonios omnipresentes. Obra maestra absoluta cuyo eco sigue cautivando, fascinando y deslumbrando con una firmeza y poesía tan hermosa como inalcanzable.
'Million Dollar Baby'
Y así llegamos hasta la mejor película de Clint Eastwood, la joya de la corona, esa cima cinematográfica que resume con inigualable maestría todas las virtudes excepcionales de un director único. Vendida de manera indefendible como una historia de superación deportiva al más puro estilo 'Rocky', inmediatamente después de producirse su estreno se desveló la verdadera naturaleza de 'Million Dollar Baby', es decir, el de un drama humano de primer nivel, una historia conmovedora y trágica capaz de despertar un más que interesante debate ético y moral en el espectador.
La mano experta de Eastwood para emocionar a través de la contención y los pequeños gestos brilla con especial intensidad en esta obra maestra apabullante en su sencillez, que desarma con contundencia al corazón más fuerte, que coloca el nudo en la garganta y se cierra con uno de esos planos finales que forman parte, con toda justicia, de la historia del cine. Cuatro Oscar, incluyendo el de Mejor Película y Mejor Director, pusieron punto y final a la trayectoria de una película inolvidable, necesaria e imprescindible.