Aunque está claro que no estamos frente a un autor, el terreno que pisamos está infinitamente más cercano al de la, por otra parte notable, artesanía, hablar de Francis Lawrence es hacerlo de un cineasta que, a lo largo de sus nueve largometrajes, trabajos televisivos y sus numerosísimos videoclips, ha demostrado saber contar una historia. Y eso puede parecer poco, sí, pero quizá estemos ante el punto más importante y codiciado.
Además de su triunfal participación en el universo de 'Los Juegos del Hambre', Lawrence ha logrado muy buenos resultados en géneros tan dispares como el terror, el thriller de espionaje o incluso el melodrama romántico más azucarado. Y en todos y cada uno de ellos ha salido airoso, esquivando el desastre con oficio y puntuales destellos de genio. No es un balance pobre, ni muchísimo menos.
Así que, a la espera de que la secuela tardía de 'Constantine' y la adaptación a la pantalla de la saga de videojuegos 'Bioshock' mantengan la racha, podemos afirmar sin titubeos que Francis Lawrence es uno de esos cineastas que garantizan un rato de buen cine. De acuerdo, nunca genera demasiado entusiasmo, pero tampoco reproches. Rozando el valor seguro.
Todas las películas de Francis Lawrence, de menos a más
'El país de los sueños'
Los elementos estaban ahí: una buena historia, personajes entrañables y un buen número de paisajes fantásticos repletos de criaturas extrañas, color y sorpresas. Sin embargo, 'El país de los sueños' nunca termina de aprovechar el potencial, resultando una experiencia tan aburrida como frustrante, sensación a la que se suma la incomodidad de observar a un Jason Momoa totalmente sobreactuado de inicio a fin. Queda soñar con la película que, en otras manos que no fueran las de un perezoso Francis Lawrence, habría sido.
'Constantine'
Pese a contar con un apoyo bastante sorprendente por parte de la crítica, 'Constantine' se debe situar mucho más cerca del culto marginal que del éxito creativo. Y es que, a pesar de contar con un comprometido Keanu Reeves al frente y la siempre celebrada Rachel Weisz, la película de Francis Lawrence nunca termina de encontrar el ritmo ni el tono necesario para una historia que hubiera merecido una cantidad mucho más alta de mala leche, perversión y atrevimiento. Por desgracia, sus responsables pensaron mucho más en la taquilla que en cualquier otra cosa, convirtiendo a 'Constantine' en un entretenimiento de aprobado justito.
'Agua para elefantes'
Con una dirección cien por cien efectiva de Francis Lawrence y un notable Robert Pattinson al frente, 'Agua para elefantes', adaptación de la novela de Sara Gruen, nunca terminaba de convertirse en una cinta memorable, especialmente por la nula química entre el actor y su compañera de reparto (Reese Witherspoon) y la sobreactuación constante de un Christoph Waltz desatado, pero se las apañaba para convencer desde su aroma clásico y deudor del Hollywood más tradicional y reconocible. Un romance de los de toda la vida que, a pesar de su previsible rumbo, mantenía la atención y el interés del espectador.
'Los Juegos del Hambre: Sinsajo - Parte 1'
Tras el tremendo subidón con el que nos había dejado 'Los Juegos del Hambre: En llamas', esta primera parte del capítulo final de la saga sabía inevitablemente a (ligera) decepción. Y es que, a pesar de contar con grandísimos momentos, 'Los Juegos del Hambre: Sinsajo - Parte 1' transmitía con demasiada evidencia que se trataba de una propuesta incompleta por obligación, atada por las limitaciones de no mostrar demasiado antes del gran final. Faltaba nervio, espectacularidad y, bueno, trama.
'Gorrión rojo'
Tres años después del 'final' de 'Los Juegos del Hambre', Francis Lawrence y Jennifer Lawrence volvieron a unir fuerzas en 'Gorrión rojo', película que lo único que tenía en común con la citada saga era su condición de adaptación cinematográfica de una novela. En esta ocasión, el libro de Jason Matthews saltaba a la gran pantalla con un tono gélido, distante y sombrío que era perfecto para esta historia de espías con dosis extra de violencia y venganza. Estupenda propuesta que terminaba de redondearse con el memorable trabajo de Lawrence, tan brutal como fascinante en su contención.
'Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes'
De acuerdo, sus 157 minutos terminan pesando, sobre todo porque su último tramo es el más flojo del conjunto, pero 'Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes' es una espléndida secuela que recupera lo mejor del espíritu de una saga a la que todavía le quedan cosas por decir. Buenos personajes, un reparto que lo da todo, factura impecable, una inspirada dirección de Francis Lawrence y, lo más importante, una historia con capacidad para atrapar y sorprender. No está nada mal para una cinta que llegaba rodeada de dudas e incertidumbre y ha terminado siendo uno de los entretenimientos cinematográficos más notables del año.
'Los Juegos del Hambre: Sinsajo - Parte 2'
Aunque en comparación con la nueva entrega de la saga pueda parecer ligera, la duración de casi 140 minutos de 'Los Juegos del Hambre: Sinsajo - Parte 2' terminaba pasando factura a una película que, en cualquier caso, daba al público lo que estaba esperando, es decir, un cierre a la altura. Había pocas sorpresas, hasta eso se daba por hecho en el contrato, pero se suplía ese calor hacia lo previsible por un ritmo vertiginoso, un clímax espectacular y una Jennifer Lawrence entregadísima a la causa junto a un reparto que la seguía feliz en la despedida. Un blockbuster modélico.
'Soy leyenda'
Además de reventar un buen número de taquillas y convertirse en una película bastante adorada por el público desde su estreno, 'Soy leyenda' sigue brillando en la actualidad como una de esas cintas que funcionan tanto como propuesta comercial de terror moderado y tensión casi constante como historia dramática con traumas del pasado martirizando al héroe inesperado (un brillante Will Smith). Un entretenimiento de primera categoría.
'Los Juegos del Hambre: En llamas'
Superior al doble capítulo final y situada a años luz de la primera entrega, 'Los Juegos del Hambre: En llamas' reina sin discusión como la película más redonda de la saga. Todo funciona en ella, desde el reparto hasta la acción, pasando por la intriga, el conflicto adolescente, la aventura y el componente dramático. El mejor Francis Lawrence firmó la cinta más completa de su trayectoria y uno de los blockbusters más inspirados de la última década.