La serie de 'Sexo en Nueva York' fue una precursora y, a pesar de tener una trama un tanto frívola, no cabe duda que supuso una vuelta de tuerca a la hora de afrontar las relaciones desde el punto de vista femenino. La producción de HBO se fue por todo lo alto, después de seis temporadas, aunque la presión de los fans -y unas muy buenas perspectivas económicas- hicieron que volviera en forma de dos películas años después. Ninguna están a la altura del original, pero mucho menos 'Sexo en Nueva York 2', una de las peores películas de 2010.
Tras las malas críticas recibidas, parece ser que sus responsables tienen pocas ganas de volver a juntarse para hacer una tercera película, aunque de vez en cuando aparezcan rumores al respecto. Fueron muchas las cosas que salieron mal en 'Sexo en Nueva York 2', que se hizo con un buen puñado de premios a costa de peores actuaciones, direcciones y película en general.
Base desaprovechada para una buena película
No se acaba de entender por qué 'Sexo en Nueva York 2' fue un cúmulo de despropósitos, porque tenía puntos para hacer un buen trabajo. Con protagonistas más adultas, afrontan problemas diferentes a los de la serie: sobrepasadas por la maternidad, defender la decisión de no tener hijos, la crisis de la edad o la necesidad de sentirse reconocida como profesional.
Pero no lo supieron hacer, en lugar de profundizar en esos problemas con los que los fans se sentirían reflejados se dejaron llevar por las exageraciones, los estilismos inimaginables y un mundo de lujo y ostentación que no fue nada bien visto cuando el mundo se encontraba inmerso en una gran crisis económica.
Son muchas las cosas que se hicieron mal en 'Sexo en Nueva York 2', pero por no aburriros hemos seleccionado las diez que son más llamativas, esas que no les podemos perdonar.
Los 10 errores de 'Sexo en Nueva York 2'
¿Dónde está Nueva York?
'Sexo en Nueva York' tiene cinco protagonistas: Carrie, Charlotte, Samantha, Miranda y Nueva York. Durante seis temporadas la ciudad fue una más. La serie no se entendería igual si se ubicara en otro lugar y no cabe duda que muchos aprendimos de la cultura neoyorkina gracias a la producción de HBO. Sin embargo en 'Sexo en Nueva York 2' la Gran Manzana está ausente. No hay escenas en la calle, ni siquiera mientras las protagonistas están en la ciudad. Y es algo que se nota mucho.
La boda más gay del mundo
La boda de Stanford y Anthony es la máxima expresión de los enlaces gays, con Liza Minelli de maestra de ceremonias, bailando el 'Single ladies' de Beyoncé y con cisnes disfrutando del espectáculo. Es una exageración, pero al menos es divertida. El problema es que pronto descubrimos que ese mismo exceso es una constante durante toda la película. De hecho, va a más según pasan los minutos.
El babeo con la niñera
'Sexo en Nueva York' se caracterizó por reflejar diversos puntos de vista de las relaciones, masculinos y femeninos, pero en la serie no hubo un momento tan machista como la escena en que los maridos de las protagonistas babean ante una niñera que pega saltitos sin sujetador y con camisetas de algodón. Eso después de haber hecho referencia a la ley Jude Law anti niñeras. Y por si no lo habíamos captado a la primera o a la segunda nos enseñan a Alice Eve con camiseta mojada.
Matrimonio por encima de soltería
Carrie y compañía evolucionan al mismo tiempo que la serie y las películas, pero aunque la primera era una defensa de la soltería la última cinta se pone del otro lado y se convierte en un alegato a favor del matrimonio. Samantha es la única amiga que queda soltera y es vista como un bicho raro -vale que siempre fue algo diferente, pero llega a rallar el ridículo por momentos. El libro de Carrie está dedicado a "todas las chicas que fueron solteras". Por si no nos había quedado claro. ¿Acaso una persona que no se ha casado no va a entenderlo?
Estilismo exagerados
La moda es muy importante en toda la saga, pero en su última entrega se hace notable y no por aspectos positivos. Los estilismos son la exageración elevada a la máxima potencia, una superposición de capas y capas de ropa y accesorios sin mucho sentido más allá de llamar la atención mientras pasean por el desierto o compran especias. ¿A quién se le pueda imaginar que alguien vaya al zoco de Abu Dabi con unas sandalias de tacón fino de unos 12 centímetros y una falda con una estructura que recuerda a un vestido de novia? Nadie hace turismo así, ni siquiera Carrie Bradshaw lo hizo en París.
Opulencia y lujo desmedido
'Sexo en Nueva York 2' se estrenó en 2010, cuando el mundo estaba en plena crisis económica y eran muchas las personas que tenían dificultades para llegar a fin de mes. Cuando la gran mayoría de sus fans están en esa situación, pagan una entrada de cine y se encuentran con un desfile de opulencia y lujo desmedido durante más de dos horas no consiguen evadirse de sus problemas, sino confirmar que no tienen nada en común con las protagonistas. Hay que reconocer que en lo que a temas económicos se refiere la serie nunca estuvo acertada (basta recordar que Carrie lleva una vida de semi lujo escribiendo una columna semanal), pero en la película la situación se vuelve extrema. Comentarios como el de Charlotte cuando habla de "esas mujeres que no tienen niñera" no hacen ningún favor.
Ser gay en Oriente Medio
Si la realidad económica de 'Sexo en Nueva York 2' brilla por su esencia la realidad de los homosexuales en Oriente Medio no se parece en nada a lo que vemos en la película. En países como Abu Dabi está prohibida, es delito ser gay y dar muestras de ello. Y resulta que uno de los mayordomos que atienden a las chicas en el hotel lo es, sin lugar a dudas. No es la única realidad de Oriente Medio que se ha visto alterada, lo que generó las críticas de las autoridades del país.
Escenas ridículamente cómicas
'Sexo en Nueva York 2' lo lleva todo al extremo de una manera escandalosa. Lo hace con la ropa, con el lujo e incluso con las escenas de comedia. No son graciosas, sino que se encuentran al límite del ridículo. Momentos como cuando las mujeres de Abu Dabi descubren que debajo de la abaya llevan la colección de verano de Louis Vuitton, cuando las protagonistas huyen del zoco con esa misma prenda o Samantha airea los condones delante de numerosos hombres rozan el esperpento.
¿Qué pinta aquí Aidan?
Los amores de Carrie y con quién acaba ha sido una constante durante toda la serie que se resolvió al final y se afianzó en las películas, así que no se entiende qué pinta Aidan en 'Sexo en Nueva York 2'. Vale que es un guiño a todos los seguidores que hubieran preferido que se quedara con él y no con Mr Big, pero la historia está tan mal pensada que desde el primer momento se sabe que no hay posibilidad ninguna de que ocurra eso.
2 horas y 20 minutos de película
Si numerosos aspectos de la película son una auténtica exageración no podía ser menos con la duración que tiene: 2 horas y 20 minutos. Es excesivo, le sobra casi una hora para evitar que se haga eterna. Fácilmente olvidable es la última hora, que se podría reducir sin mayor problema. Una vez acaba lo cierto es que se te quitan las ganas de una tercera entrega.