Desde que el Atlántida Film Fest que celebra la plataforma online Filmin cambiara de rumbo artístico, para centrarse en exclusiva en el cine europeo que mejor habla sobre nuestro continente, el festival ha hecho gala tanto de una capacidad didáctica para abordar la historia reciente y el presente de Europa (aunque en ocasiones fuera a costa de la calidad global de la selección), como del suficiente valor para alojar algunas de las propuestas más arriesgadas e insólitas del panorama.
Ficción, documental y vanguardia van de la mano en la sección Memoria de este año, que sabe combinar películas inéditas en nuestro país con algunos de los estrenos más importantes del panorama de festivales. Todas las películas seleccionadas tienen algún en común, su interés por indagar en la memoria histórica y arrojar luz sobre sucesos, personalidades o hechos relevantes de nuestro pasado colectivo que cobran una nueva forma a través de sus imágenes.
Aunque con una generosa diversidad de enfoques y planteamientos formales, como es lógico destacaron en número los retratos documentales. Entre los más notables se encontraba 'Seasons In Quincy', filme colectivo comandado por Tilda Swinton que se adentra en la casa del escritor John Berger poco antes de fallecer y nos regala bellos fragmentos de su forma de entender el mundo. En 'Vita Activa: El espíritu de Hannah Arendt', a través de las declaraciones de un programa de televisión y de sus ensayos filosóficos, la cineasta israelí Ada Ushpiz trata de encontrar a la persona detrás de la filósofa; 'A German Life', apasionante entrevista con la secretaria de Goebbles filmada con gran rigor formal y en un blanco y negro tan áspero como sus recuerdos; 'Peter Handke: In The Woods Might Be Late', fallido intento en primera persona de volver a la obra del escritor austríaco; y 'Vida y muerte de un arquitecto', mediometraje de estructura demasiado convencional que en cambio sabe abordar las sombras del franquismo e indaga con lucidez en la muerte aún sin resolver de Josep Farragut.
Inevitablemente, a la hora de afrontar la memoria histórica europea el holocausto es el gran tema que suele despertar la mayor atención y relevancia, aunque no siempre con interés, pero dos experimentos formales como 'Austerlitz' y 'Treblinka', sobre los que profundizaremos a continuación, nos demuestran que hay nuevas maneras de plasmarlo. Porque afortunadamente la selección es capaz de trazar el conjunto del Siglo XX a través de ficciones de diversa naturaleza. 'Exiled' se adentra en un psiquiátrico de Letonia tras la Primera Guerra Mundial, un ejercicio estético tan pretencioso como vacío, de ampulosos travellings y planos secuencia que se regodean en el dolor; de nuevo en un sanitario, en la premiada en Locarno 'Corazones cicatrizados' Radu Jude adapta en 4:3 la novela homónima de Max Blecher, pero su excesivo rigor formal acaba conduciendo la propuesta al rigor mortis; 'Yo, Olga Hepnarová' de los debutantes realizadores chechos Petr Kazda y Tomás Weinreb, que reconstruyen en un frío blanco y negro los momentos previos y posteriores del asesinato en masa por el que es recordada, cuestionando la absoluta banalidad de su acto; y por último la serbia 'On the Other Side', que abre heridas sin cerrar de la Guerra de los Balcanes con muy pocos elementos, gracias las herramientas del thriller convierte el mero recuerdo del pasado en pura tensión narrativa, culminada en una memorable secuencia en el interior de un ascensor y en su simbólico plano final. El peso de la memoria histórica nos acompañará siempre, aunque decidamos no mirar.
'Austerlitz'
¿Han visitado alguna vez un campo de concentración? Yo no, tampoco entra dentro de los planes para mis próximos destinos turísticos. Porque eso y no otra cosa es en lo que se han acabado convirtiendo estos no-lugares, museos del horror en los que permitirnos el lujo extravagante de pasear por la historia y hasta poder hacernos un selfie como el de aquella joven norteamericana que se hizo viral, ajena a los cuerpos y las vidas que allí mismo se desvanecían tiempo atrás.
Frente a esta diatriba tan propia de nuestro tiempo, el cineasta ruso Sergei Loznitsa, cuyas fascinantes piezas de archivo expandían las posibilidades del documental histórico, se asoma al abismo y planta su cámara en diversos campos de concentración nazi para filmar lo que le rodea. Lo que nos rodea. Por tanto, a nosotros mismos. Con largos y exquisitos planos fijos que se presentan como un espejo que refleja el comportamiento humano en su esencia, la película exhibe con mucho humor negro (ciertos diálogos y las camisetas que llevan determinados turistas no son casualidad, en el cine del director de 'The Event' todo está extremadamente pensado para pasar desapercibido) la cruel indiferencia de los turistas en un espacio vacío, casi fantasmal, que nos plantea una visión inimaginable. La del futuro, sencillamente.
Nota: 9
Lo mejor: El meticuloso (por imperceptible) diseño sonoro, cada diálogo y sonido está reconstruido y doblado en estudio.
Lo peor: La propuesta formal puede prestarse a equívoco y entenderse como un ejercicio de superioridad moral.
'Ilegitim'
La nueva ola del cine rumano se ha caracterizado por su capacidad para abordar sin tapujos la reciente memoria histórica de su país, en concreto la dictadura de Ceaucescu, pero siempre con el ojo puesto a como afectaba en los núcleos familiares. Con 'Ilegitim' Adrian Sitaru se une a la larga y prestigiosa lista de directores como Mungiu, Puiu o Radu Muntean, que han alcanzado un notable manejo del plano secuencia aplicado al tabú de sus historias y por ende de la sociedad rumana.
Ya desde su larga secuencia inicial, una conversación durante una cena familiar en la que se revelará el pasado del padre de familia, abortista del régimen, la película se adentra en la relación sentimental que mantienen dos de sus hijos. Y lo hace con naturalidad, sin buscar el morbo ni dar una lección de moral a sus personajes ni al espectador. 'Ilegitim' es una película de tesis honesta y consecuente con su planteamiento, que traslada al espectador con un discurso final elogiable por su capacidad para asumir un tabú como el incesto en una sociedad como la rumana.
Nota: 7
Lo mejor: La naturalidad con la que afronta un tabú como el incesto y el discurso final del padre de familia.
Lo peor: No recibió subvención y su carencia de presupuesto por momentos se hace visible.
'Treblinka'
Un tren poblado por fantasmas recorre el este de Europa, escuchamos sus voces, apenas distinguimos sus difuminados rostros por los cristales de los vagones y el temblor de su retrato. Cuerpos desnudos y abandonados, fuera de su propio tiempo, que desde la actualidad nos remiten a la crónica del fin de su existencia, la de su destino. Entre el documental y la ficción, el cineasta portugués Sergio Tréfaut parte de las vivencias de un superviviente del campo de exterminio de Treblinka, situado en Polonia, para dar forma a un experimento audiovisual cuyo alcance trasciende al de la simple crónica del holocausto nazi, con el afán de interpelar a nuestro presente y a nuestros sentidos sin manipulación emocional ni subrayados, desde el poder de las palabras y la fuerza expresiva de las imágenes.
Nota: 7
Lo mejor: La forma de integrar la dramaturgia con la extrañeza que despiertan sus imágenes.
Lo peor: Si no te adentras en la propuesta, una vez descubierto su dispositivo puede resultar monótona.