A pesar de la polémica y la controversia que siempre lo rodea por sus escarceos con la ley, el director Roman Polanski continúa con éxito su carrera cinematográfica. Esta mañana estrenaba su nueva película, 'Un dios salvaje', en el Festival de Cine de Venecia, y ha arrancado los efusivos aplausos del público y la prensa al final la proyección.
La historia muestra el encuentro de dos pares de padres dispuestos a solucionar civilizadamente un conflicto entre sus hijos adolescentes. Uno de ellos dejó sin dientes al otro. Pues bien, con este sencillo punto de partida las críticas señalan que el asunto se precipita y se convierte en una afilada disección de muchas cosas: principalmente de la estupidez humana.
A pesar de no asistir a Venecia por sus problemas con la ley, el reparto de la cinta ha querido elogiar el talento del director. Así tanto Kate Winslet, Christoph Waltz como John C. Reilly, solo ha faltado la presencia de Jodie Foster, han manifestado en la rueda de prensa su satisfacción por haber trabajado con un genio como él.
Han destacado su brillantez a la hora de adaptar una obra de teatro a las necesidades y al ritmo del cine. Casi toda la trama se desarrolla en el salón de la casa de una de las parejas, donde el talento de estos actores brilla sobremanera, según señalan las primeras crónicas. Es decir, sí, como si fuera exactamente una obra de teatro, pero en cine.
Y Madonna se lleva todos los palos
Y llegó Madonna, para desgracia de los presentes. La cantante, que ahora es directora de cine, presentó 'W.E', una historia romántica a lo grande, pero que según los críticos naufraga por todos lados. Ya no es que sea mala, parece que lo siguiente. "El glamour no da la felicidad", dijo la diva en la rueda de prensa. Parece que su cine, tampoco.
