Como vimos a través del duro viaje de inmigración en 'Adú' y del conflicto bélico de '1898. Los últimos de Filipinas', la lucha por la supervivencia en condiciones desfavorables es un tema vertebral en la filmografía de Salvador Calvo. El director español se aproxima de nuevo a él en su nuevo largometraje, 'Valle de sombras', película de aventuras y supervivencia en la inmensidad de la montaña.
Protagonizada por Miguel Herrán ('La casa de papel', 'Modelo 77'), Alexandra Masangkay ('1898. Los últimos de Filipinas', 'El Hoyo') y Susana Abaitua ('Patria', 'Los Farad'), 'Valle de sombras' se centra en la vida de Quique en una aldea aislada de la Cordillera del Himalaya tras quedarse incomunicado y sin posibilidad de regresar a la ciudad hasta el invierno.
Cuanto más grande la pantalla, mejor
En un momento de la industria cinematográfica donde no es extraño encontrarnos con películas que abusan del CGI o de los cromas, Calvo no solo decide rodar en localizaciones reales, sino que se tira a la piscina y, en vez de buscar un lugar que simulase la Cordillera del Himalaya, llevó el rodaje hasta la misma. Y el resultado visual es fascinante, digno de ver en la gran pantalla. La valentía de grabar hasta a 6000 metros de altura y a temperaturas bajo cero nos regala una experiencia inmersiva en la que sentimos la inmensidad, la belleza y el peligro de la montaña desde la butaca con cada gran plano general.
Parte de la experiencia inmersiva empieza siendo obra del guion de Alejandro Hernández, que triunfa en establecer un buen vínculo entre espectador y el viaje de los personajes desde el principio. No obstante, a partir de un segundo acto con la introducción de nuevos temas (el crimen, la aceptación del dolor, la búsqueda del perdón, el contraste de vivir en una cultura muy diferente a la propia...), no se puede desarrollar todo lo introducido con profundidad, aspecto que pasa bastante factura a la película, que se queda a medio camino en los puntos que quiere abordar. Se exploran varios, algunos más y otros menos, pero, en general, todos con la sensación de estar lejos de su potencial narrativo.
Reencuentros que suman
'Valle de sombras' supone el reencuentro entre los miembros principales del reparto, pues Calvo, Alexandra Masangkay ('El Hoyo) y Herrán ya trabajaron juntos en 'Los últimos de Filipinas' y, por su parte, este último acaba de protagonizar 'Los Farad' con Abaitua. Este contacto previo, sumado al trabajo de cara a 'Valle de sombras' y a la buena dirección de Calvo, desemboca en una buena química en pantalla. Por supuesto, esto no sería suficiente si individualmente no cumplieran, pero las convincentes interpretaciones del reparto (para las que el destacable trabajo de maquillaje ya es la guinda del pastel) no defraudan.
Además, tanto Herrán como Masangkay tienen la dificultad extra de interpretar durante gran parte de la película en idiomas ajenos a los suyos, inglés en caso del actor e hindi en caso de la actriz, pero aún así ambos dotan de profundidad a sus personajes y se mueven sin problema entre los distintos sentimientos que apoderan a sus personajes: odio, miedo, rabia, tristeza, impotencia, impasividad...
'Valle de sombras' es el proyecto más ambicioso e impresionante a nivel técnico de Calvo, apartado que tira del carro cuando un, aunque decente, superficial desarrollo narrativo amenaza con perder el interés del espectador. Pero, como si de una nueva botella de oxígeno en plena subida al Himalaya se tratase, la majestuosidad de cada paisaje que aparece en pantalla mantiene nuestra atención y hace que la expedición al film sea mayormente positiva.
'Valle de sombras' está disponible en cines.
