Lejos quedan los tiempos en los que Kevin Smith sorprendía a buena parte del personal con títulos como 'Clerks' o 'Mallrats' o, ya cambiando radicalmente de registro, 'Persiguiendo a Amy'. A pesar de filmes más o menos acertados como 'Dogma', 'Clerks 2' o 'Jay y Bob el silencioso contraatacan', filmes como 'Jersey girl' dejaban constancia de un creciente aproximamiento a la comercialidad más mundanal que 'Vaya par de polis' no ha hecho si no corroborar, a pesar del bienpensante gamberrismo de su anterior trabajo, '¿Hacemos una porno?'.
Por su parte, parece que con 'Vaya par de polis', Kevin Smith ha querido hacer un nostálgico homage a ese cine palomitero de los ochenta y noventa que mezclaba acción y comedia, esas buddy movies policiales con 'Arma letal', 48 horas' u 'Hora punta' a la cabeza, si bien con un resultado tan descafeinado como artificial, sobretodo si lo comparamos con otro producto muy similar pero mucho más acertado, que no es otro que el 'Arma fatal' de Edgar Wright. El film de Smith muestra sus cartas desde un buen comienzo, con la retahíla de highlights por parte de un cargante Tracy Morgan que finalizan con guiño a 'Jungla de cristal' para, a partir de ese momento, establecer una serie de personajes y lugares comunes algo trasnochados que, por desgracia, no llegan a fructificar.
De hecho, lo más rescatable -con diferencia- de 'Vaya par de polis' son las escenas en las que el dúo protagónico comparte plano con Seann William Scott, un Joe Pesci caído en desgracia pero que monopoliza la mayor parte de las escasas carcajadas que el film de Kevin Smith logra arrancar. Y es que ni los homenajes, ni los tributos, ni los plagios, consiguen que 'Vaya par de polis' remonte el vuelo. Todo hay que decirlo, el nuevo trabajo del director de 'Mallrats' contiene algún que otro destello, algún leve vestigio de aire fresco que nos hace pensar que, más que una mala película, 'Vaya par de polis' es una buena idea muy mal ejecutada.