El inesperado anuncio de una nueva secuela de 'Cocodrilo Dundee' nos pilló por sorpresa a todos. La reciente aparición de dos teaser tráilers en la red mostrando las primeras imágenes de una supuesta cuarta película de este ya mítico personaje, hicieron que muchos se mostraran escépticos a que este proyecto pudiera ser real, y más teniendo en cuenta determinados hechos, como su cercana fecha de estreno o la participación de Chris Hemsworth en el mismo. Y desde luego, dichas dudas no iban nada desencaminadas.
El medio australiano Brisbane Times, basándose en fuentes cercanas a la industria, se ha hecho eco de que esta supuesta nueva secuela de 'Cocodrilo Dundee' protagonizada por el cómico Danny McBride, se trata simplemente de una campaña publicitaria que preparan desde Turism Australia de cara a la Super Bowl, la cual tendrá lugar a principios del próximo mes de febrero en Estados Unidos, lo que confirma que no estamos ante una película real.
Este hecho todavía no ha sido confirmado desde Turism Australia que, acorde a lo recogido por Brisbane Times, han decidido no ofrecer respuesta a dicha información. Sin embargo, todo apunta a que realmente sí se trata de una campaña publicitaria, pues Chris Hesmworth, a quien vimos aparecer en un segundo teaser tráiler, es embajador de la propia Turism Australia, además de que hubiera resultado muy complicado haber mantenido tal proyecto en el más absoluto secreto.
¿Qué nos perderemos?
En la web oficial se detalló una sinopsis que nos informaba que en esta secuela veríamos como el mítico Michael Dundee se encontraba perdido en algún lugar de la selva australiana, lo que haría que su hijo, interpretado por Danny McBride, se lanzara a la aventura en su busca. Sin embargo, parece que finalmente nos quedaremos sin ver este argumento en la gran pantalla.
Secuelas horribles que nos podríamos haber ahorrado
'Batman y Robin'
Tras dos entregas que hicieron equilibrio entre el notable y el sobresaliente, la saga del hombre murciélago se encontraba en un extraño punto por culpa de 'Batman Forever', un tercer capítulo en el que Joel Schumacher tiraba por tierra todo lo logrado por Tim Burton para implantar lo estrambótico y lisérgico, pasando por el ridículo ¿involuntario?. La cuestión era sencilla, retomar el tono burtoniano o continuar la senda marcada. Y no hubo dudas. La mamarrachada máxima, el despiporre visual y argumental, los villanos absurdos con motivaciones absurdas y planes absurdos. Todo, absolutamente todo, era tan excesivo e indescriptible que uno solamente podía pensar en que se tratara de un complot de sus responsables ante las exigencias de los productores. El que no se consuela es porque no quiere.
'Speed 2'
'Speed' se convirtió, por méritos propios, en uno de los más efectivos y competentes thriller de acción de la década de los noventa. Keanu Reeves y Sandra Bullock, quien nos lo iba a decir, redondeaban el espectáculo a base de carisma y química inesperada. Trepidante entretenimiento que pasaba volando y que no esperó más que tres años para intentar repetir la jugada. Cambiamos un autobús por un barco, a Dennis Hopper por Willem Dafoe y a Reeves por ese robot llamado Jason Patric. El resultado fue uno de los espectáculos más lamentables del género en mucho tiempo, la demostración de que, incluso partiendo de un precedente notable, se puede descender a los infiernos. Todo estaba multiplicado por diez, y sin embargo, restaba logros constantemente. Cuesta creer que Jan de Bont fuera el mismo director. Aunque, seis años más tarde, la secuela de Tomb Raider que perpetró terminó de confirmar la cruda realidad.
'Tiburón 4: la venganza'
Michael Caine: "Nunca la he visto, pero no me cabe duda de que es horrible. De todas formas, he visto la casa que construyó, y es estupenda". Con semejante confesión, todo queda dicho. 'Tiburón 4: La Venganza' es, para todos aquellos que amamos la obra maestra dirigida por Steven Spielberg que dio comienzo a esta saga, El Horror Absoluto. Pese a que ninguna de las secuelas previas había conseguido rozar el nivel de la primera entrega, pocos podíamos esperar un bodrio de semejantes dimensiones. Cada una de las escenas parece presentar credenciales para convertirse en la estupidez más grande jamás filmada. Lástima que Caine tardara tanto en avisarnos. Todos deberíamos haber seguido su ejemplo y no verla jamás. Aunque nos quedáramos sin casa.
'Dos tontos muy tontos 2: cuando Harry encontró a Lloyd'
Muchas de las películas de Jim Carrey marcaron a toda una generación. 'Ace Ventura', 'La máscara', de la que hablaremos más adelante, 'Mentiroso compulsivo' o 'Dos tontos muy tontos', le convirtieron en un ídolo del que muchos imitamos todos y cada uno de sus gestos, reivindicando su talento para la comedia y, más tarde, su capacidad para bordar el drama, con 'Olvídate de mí' y 'Man on the moon' a la cabeza. Sin embargo, en una decisión profesional inconcebible a día de hoy, salvo en el caso del detective de mascotas más famoso del cine, Carrey dijo que no a todas las propuestas de secuelas.
El tiempo ha pasado, la fama ha ido decayendo y la secuela de 'Dos tontos muy tontos' llegó hace dos años para intentar recuperar un encanto que, como quedó demostrado, no se ha mantenido en el tiempo. Pero, en 2003, ya se perpetró una segunda parte en modo de precuela, 'Dos tontos muy tontos: Cuando Harry encontró a Lloyd', que trataba de capturar el espíritu de la propuesta de los hermanos Farrelly sin conseguirlo en ningún momento. Todo lo contrario. Al frente, Eric Christian Olsen y Derek Richardson, dos actores cuya capacidad para hacer reír es tanta como la recaudación que consiguió la película. Nula. Todo esto dirigido por el responsable de 'Jack Frost'. A su lado, 'Dos tontos todavía más tontos' es 'El Padrino'.
'Misión Imposible 2'
Lo sé. Con el paso del tiempo, muchos se han encargado de reivindicar la primera de las secuelas protagonizadas por al agente Ethan Hunt como algo similar a un tratado sobre la acción explosiva y delirante frente al homenaje al espionaje elegante y clásico al que Brian de Palma dio forma en 'Misión Imposible', pero sigue costando mucho encontrar algo más que esperpento. Cruise, empeñado desde el principio en que cada entrega de la saga tuviera una personalidad diferente y marcada, se decidió por John Woo para dinamitar desde dentro su franquicia y demostrar su capacidad de supervivencia. Una decisión coherente y arriesgada que, sin embargo, no consiguió librar a esta segunda parte de ser un vacío vehículo de lucimiento personal en el que los fuegos artificiales, lejos de deslumbrar, terminaban siendo una excusa para soltar más de una buena carcajada. Palomas alzando el vuelo a cámara lenta, semanas santas en llamas y leyendas sobre las prohibiciones que la estrella Cruise puso en el rodaje, hicieron el resto. Afortunadamente, la saga sobrevivió a base de talento, convirtiendo 'Misión Imposible 2', en no mucho más que un vago recuerdo.
'La máscara 2'
Es complicado encontrar palabras para definir la secuela de 'La máscara'. No es que no existan, cuidado, sino que es imposible hacerlo sin caer en el insulto grave, la violencia dialéctica, el verbo envenenado. En un mundo normal, nada de esto habría visto jamás la luz, pero New Line Cinema quiso aprovechar el fenómeno que supuso la hilarante entrega original protagonizada por un Jim Carrey en permanente estado de gracia y lo que consiguió fue, resumiendo, una tontería infantil sin la menor gracia, aburrida hasta la extenuación y profundamente absurda. Alan Cumming y Bob Hoskins se paseaban por allí para cobrar el cheque y salir corriendo, pero una mancha de estas dimensiones en su curriculum son de las que hacen daño. Muchos nos empeñamos en olvidar su existencia pero, a la hora de hacer listas así, es imposible obviarla. Puro dolor.
'Transformers 2: La venganza de los caídos'
Ni siquiera los defensores de Michael Bay pudimos hacer nada para salvar de la obviedad a 'Transformers 2: La venganza de los caídos'. No busquéis historia, no la hay. Ni sentido. Ni reparto. Ni humor. Ni coherencia. Ni espectáculo. Ni medida. Ni director. Ni personajes. Ni montaje. Ni entretenimiento. Ni novedad. Todo el mundo parece ser consciente de que están rodando La Nada y su mayor preocupación es acabar cuanto antes. Megan Fox se autodespidió criticando al director y Shia LaBeouf terminó por admitir la obviedad: "Seguro que hay gente a la que le gusta, pero yo la odié. No la disfruté. Estaba confundido porque no entendía que estaba pasando con los robots y otras cosas. No podía entender que sucedía. La línea argumental no fue la adecuada y la cinta se vino abajo".Por su parte, Michael Bay admitió su decepción con la película y se disculpó por ella, diciendo que la película fue una "porquería" y culpando a la huelga de guionistas de 2007-2008. Sí. Ya.
'Sexo en Nueva York 2'
146 minutos. Repito, 146 minutos. Ese es el tiempo exacto que dura la tortura constante en la que se convirtió una secuela que NADIE pidió y a la que (casi) NADIE gustó. Porque todavía hay valientes que se empeñan en defenderla como una comedia elegante y sorprendente. Tras una serie de televisión que no bajó del notable a lo largo de su emisión, llegó una película con puntuales aciertos cuya excesiva duración la terminaba hundiendo con todo el equipo. Sin embargo, para su secuela, todo se terminó de ir al traste y lo que en algún momento había sido destello de ingenio quedó convertido en bostezo interminable. Un punto de partida delirante, algunas escenas de vergüenza ajena y una postal de cuatro actrices caminando con tacones en medio del desierto con rostros que parecían decir 'no me pagan lo suficiente', convierten a 'Sexo en Nueva York 2' en una de las secuelas más insoportables de la última década. Ni Kim Cattrall pudo salvarla.
'Instinto básico 2. Adicción al riesgo'
A mediados de la década de los 2000, Sharon Stone no necesitaba un taquillazo. Lo exigía. Tras caer en ridículos del tamaño de 'Catwoman' o 'Tercera identidad', Stone tuvo una idea que no podía fallar: resucitar a Catherine Tramell, el personaje con el que marcó un hito en la historia del thriller erótico de andar por casa a comienzos de los 90. 'Instinto básico' se convirtió tras su estreno en una joya de culto tan excesiva como ridícula que, sin embargo, supo condensar muy bien el espíritu voyeur de un Hollywood cada vez menos esquivo a los dos rombos. Lo que ocurre es, básicamente, que 2006 no es 1992 y los espectadores ya pasaron página. El mundo miró a otro lado, nadie prestó la más mínima atención a 'Instinto Básico 2: Adicción al riesgo' y aquellos que lo hicimos nos dimos de bruces con una película que era todo menos atrevida y sensual. Aburrida sería quedarse corto. Stone, por cierto, sigue buscando ese éxito desde entonces.
'X-Men Orígenes: Lobezno'
Sabemos que no es una secuela como tal, pero por su "calidad" merece un hueco especial en estos casos de "la avaricia rompe el saco". He aquí una de esas películas que todos, incluyendo sus responsables, han decidido olvidar como si nunca hubiera existido. A saber, Hugh Jackman protagonizó una película propia de Lobezno que, básicamente, cumplía la misma función. Ryan Reynolds ha reformulado, con tremendo y justificado éxito, a un Deadpool convertido aquí en poco más que mala anécdota. Su director, Gavin Hood, asegura estar "muy agradecido de esa película porque me pude comprar una casa gracias a ella, no me malinterpretes. Me responsabilizo de los errores que cometí. Aprendí muchísimo". Nos alegramos mucho, Gavin. La que debía ser el disparo de salida de una serie de spin offs dedicados a los mutantes más representativos, terminó convertida en el punto más bajo de la saga. Aburrida, sin capacidad para generar el más mínimo suspense, tensión o interés por sus personajes, estos orígenes de Lobezno son un montón de escenas vacías y gélidas. Los X-Men han sobrevivido a ella, lo cual tiene mucho mérito, pero ha sido gracias a la indiferencia. Que ya sabemos que es mucho peor que el odio.