Estamos a tan solo unos días de uno de los eventos cinematográficos de la década, el estreno de la primera secuela de 'Blade Runner', una cinta que llegará 35 años después de la película original. Por ello son muchos los fans que han decidido revisionar el filme para afrontar 'Blade Runner 2049' con toda la información lo más reciente posible.
Pero no es una decisión tan fácil, pues de 'Blade Runner' se llegaron a hacer hasta ocho versiones diferentes, entre las que se encuentran dos montajes del director y cintas con finales diferentes. Por esto se le ha preguntado al director (Denis Villeneuve) de la nueva película cuál fue la versión que tuvo en cuenta para continuar la historia de los replicantes.
"Puede que no estés de acuerdo, pero la idea era que alguien que no haya visto la primera y no tenga ni idea del universo, pueda disfrutar de la película. Así que a opinión personal, amo la primerísima versión y la última, el montaje final de 2007", le contaba Villeneuve a TheWrap.
Montajes en los que perderse
A la primerísima versión se le llamó 'Versión prototipo de trabajo', un montaje de 113 minutos que tenía un final diferente a la versión que llegó en 1982 a los cines, el cual contaba con 116 minutos de montaje, acababa con una narración extendida de Harrison Ford y terminaba de manera más positiva.
Por último, la versión de 2007 a la que se refiere Villeneuve es la única versión sobre la que Ridley Scott tuvo total control. Este montaje contó con la escena completa del sueño del unicornio y escenas extendidas de las vistas en la primera versión. 'Blade Runner 2049' se estrenará este fin de semana en todos los cines de nuestro país.
Curiosidades de 'Blade Runner'
Guerra de eslogans
Las tensiones culturales estuvieron patentes en el rodaje desde el primer día. Ridley Scott estaba acostumbrado a la idiosincrasia de los técnicos ingleses, pero en 'Blade Runner' tuvo que adaptarse al rígido esquema laboral estadounidense. Los trabajadores americanos terminaron hastiados del cineasta, ya que no eran inusuales las jornadas de trece horas y el temperamento de Scott tuvo colgando de un hilo a buena parte de los técnicos, que sufrían despidos constantes. Después de unas declaraciones de Scott a un medio inglés en las que criticaba las faltas de respeto de los estadounidenses, que no le respondían "Sí, gobernador", algo que sí hacían los ingleses. Entonces los técnicos de 'Blade Runner', en tono jocoso, se hicieron camisetas en las que ponía "Sí, gobernador, mis cojones" ("Yes gov'nor my ass!"). Scott no cedió e imprimió su propia camiseta, en la que se podía leer "La xenofobia apesta". Ambos bandos comprendieron el carácter bromista de la disputa, que alivió ligeramente las tensiones.
Autor frustrado
En primera instancia, la producción dejó de lado a Philip K. Dick, autor de la obra en la que se inspiró la película: '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?'. El escritor tuvo la oportunidad de leer uno de los primeros guiones de la cinta y no tardó en destrozarlo públicamente, e incluso se metió con 'Alien, el octavo pasajero'. Posteriormente, el publicista Jeffrey Walker aconsejó a Warner integrar a Dick en el proyecto, y el autor comenzó a recibir las últimas noticias de la película. El escritor terminó apoyando la película, por lo que al menos hubo un final feliz para la producción.
Sueños rotos
Harrison Ford era la gran estrella de la película. Venía de ganarse al público con Han Solo e Indiana Jones, sus dos roles más icónicos, y aceptó el reto de encarnar a un personaje con tantas capas como Deckard. El actor se implicó en el exhaustivo rodaje como nadie, lo cual promovió que fuera una de sus experiencias laborales más frustrantes, ya que fue testigo directo de los cambios en la sala de montaje que terminaron por desmembrar a la película, en vez de convertirla en un producto más potable para el público.
A la calle
El equipo técnico no fue el único descontento con el trabajo de Ridley Scott, porque los ejecutivos tampoco se alegraron de que se rebasara el presupuesto estipulado. Por esa razón los productores ejecutivos Bud Yorkin y Jerry Perenchio despidieron a Scott y al productor Michael Deely cuando terminaron el grueso del rodaje. Más adelante, permitieron regresar a Deely y Scott, pero Yorkin y Perenchio mantuvieron la voz cantante en el proceso de edición. Aquí surgió la primera gran disputa: la voz en off. Tras dos proyecciones fatídicas, en las que el público no alcanzó a comprender el complejo contenido, los productores decidieron añadir una voz en off que explicara literalmente lo que estaba sucediendo, además de un final más complaciente. A Scott no le molestaba la idea de la voz en off, pero sí el estilo que se había tomado, sobreexplicando cada situación en vez de permitir reflexionar a Deckard.
Malas calles
Scott no fue el primero en acercarse a este complicado proyecto. En 1969, un joven director que se preparaba para conquistar Hollywood se acercó a Philip K. Dick para mostrar su interés en adaptar la novela. Martin Scorsese era ese ambicioso cineasta novato, que acudió junto a su socio Jay Cocks para convencer a Dick de la posibilidad de llevar a Deckard a la gran pantalla. Al final el proyecto no salió adelante y Scorsese se adentró en los rincones oscuros de las calles de Nueva York, explotando su faceta de gangster.
Marca eterna
Daryl Hannah se llevó un recuerdo indeleble del rodaje de 'Blade Runner'. Durante la escena en la que su personaje, Pris, huye de Sebastian y rompe la ventana de su coche con el codo, la actriz terminó con una herida considerable. El golpe con el cristal fue accidental, causado por un tropiezo de Hannah en el suelo húmedo, por lo tanto la ventana no era de mentira, sino de cristal real. La colisión provocó ocho marcas en su codo, que hoy en día mantiene todavía una cicatriz que lleva 'Blade Runner' escrita por todos lados.
Mal de ojo
El sórdido paisaje urbano de 'Blade Runner' contaba con la presencia de grandes logotipos de empresas reales. Pero el fracaso comercial se debió extender a aquellas compañías, porque años después del estreno, casi todas comenzaron a sufrir pérdidas o incluso a desaparecer. Ese fenómeno se conoció como la "Maldición Blade Runner", que afectó a empresas como Atari, que perdió su músculo comercial; la aerolínea Pan Am, que caería en bancarrota a comienzos de los noventa; RCA, que se desmembró tras su absorción por parte de General Electric; o incluso The Coca-Cola Company, sufrió serias pérdidas con el fracaso de la New Coke en 1985.
Versión ideal
La voz en off terminó reinando en la película, pero la versión previa de Ridley Scott no había desaparecido del todo. Hubo que esperar hasta 1989 para poder descubrir aquella primigenia 'Blade Runner', que fue encontrada por Michael Arick, el responsable de la gestión de activos de Warner Bros., que se topó con una copia de aquella versión. Meses después, Arick envió la copia de 70 mm a un festival dedicado a ese formato y allí fue proyectada por primera vez, llenando cada una de sus sesiones. Ese éxito motivó a Warner a impulsar un montaje del director con aquel material, con el que Scott no quedó satisfecho, porque consideraba que había que pulirla más. Fue en 2007 cuando Scott pudo plasmar definitivamente su voz en la película, estrenando el definitivo montaje del director.
Palomas en el gimnasio
Rutger Hauer fue otro de los intérpretes dedicados en cuerpo y alma a la película. De hecho, el actor que interpretaba al replicante Batty aseguró que parte de su monólogo final venía de su puño y letra, que él mismo lo había improvisado durante el rodaje. Pero aquella escena pudo tener un resultado muy diferente, porque, según apuntaba Hauer, la intención inicial fue la de rodar la secuencia en un viejo gimnasio. La pelea involucraría artes marciales y mucho más contacto físico, y el propio Hauer dice haber propuesto la persecución para sustituir la pelea directa.
Ayudita de Kubrick
Warner Bros. recurrió a su amplio archivo para completar la secuencia de créditos finales de 'Blade Runner'. En concreto, los productores seleccionaron imágenes inéditas de la secuencia inicial de 'El resplandor' para añadir al desenlace de la versión comercializada de la película de Scott. En ninguno de los planos aparece el coche de Jack Torrance, que se dirigía al terrorífico hotel en el que perdería el juicio, pero seguro que los espectadores vivieron un déjà vu en toda regla.