El año empieza por todo lo alto con 'Vivir el momento'. La nueva película de John Crowley protagonizada por Andrew Garfield y Florence Pugh es el relato de dos personajes que se conocen de forma cuanto menos curiosa, se enamoran, discuten, se eligen, forman una familia y, sobre todo, se quieren. Hasta aquí podía pasar incluso por una comedia romántica, el drama llega cuando aparece el temido cáncer y de pronto la historia se convierte en un relato de una despedida.
Lo cierto es que la película va de cara, no se guarda como un as debajo de la manga el cáncer para crear más dramatismo al final. La primera escena que vemos es de ellos como pareja, después con ella embarazada y, segundos después, nos encontramos en una consulta médica viendo como Almut y Tobias están recibiendo la noticia de que el cáncer de ovarios ha vuelto (por lo visto ya había pasado con anterioridad) a sus vidas. Todo esto antes de saber si quiera cómo se han conocido. Puede parecer que la casa se está construyendo por el tejado en vez de por los cimientos, pero de alguna forma consigue mantenerse estable.
Se plantea una dicotomía: ¿es mejor vivir más pero disfrutarlo menos o exprimir al máximo el tiempo que te queda? Con esa premisa nos embarcamos en un viaje emocional de esos que te tocan de lleno el corazón. Una historia que mezcla el drama y la comedia de forma natural mostrándonos una realidad que puede ser la de cualquiera.
Aunque, siendo sincera, nada de lo que les pasa es normal, o por lo menos no todo junto. Todos los momentos que vemos son extraordinarios desde su encuentro (nunca un atropello había sido tan romántico) hasta el parto en una gasolinera. Por raro que parezca, mientras ves la película entiendes que, por su ritmo, la cotidianeidad no tiene demasiada cabida, y tampoco la echas de menos. Consigues entender por qué no estás viendo a esta pareja tomarse un café tranquilamente por las mañanas.
Pese a centrarse en el cáncer, lo que más destaca de esta película es el aire alegre y optimista que se respira dentro de la tristeza. Se agradece que 'Vivir el momento' consiga ir más allá del error de regodearse en la desgracia y el drama. Almut no es únicamente una enferma, es también una persona ambiciosa, una gran chef y una gran madre.
Por momentos puede resultar desconcertante la entereza con la que ambos asumen las noticias negativas que les llegan, pero la película consigue no quedarse ahí y mostrarnos también sus miedos. Ella tiene pánico a ser olvidada mientras que él tiene que enfrentarse a la realidad de perder al amor de su vida y madre de su hija. No solo se nos muestra el viaje de la persona enferma, también el de su acompañante.
Dos estrellas que destacan
Desde que se anunció el reparto se sabía que, aunque el resto fallase, ellos dos sacarían el proyecto adelante. Por suerte todo ha funcionado, pero sin duda ellos son los que consiguen elevar la película a otro nivel. Pugh y Garfield son dos actores que se encuentran en un gran punto de su carrera después de demostrar en innumerables ocasiones su don para la interpretación. Por eso no es de extrañar que mis expectativas fuesen altas pero, sorprendentemente, han conseguido superarlas con creces.
Si ambos ya son increíbles por separado, juntos son brutales. Se percibe a través de la pantalla el cariño y la sensibilidad con la que han tratado a sus personajes, además del gran trabajo que han hecho para construir una relación en la que la individualidad de cada uno sigue presente. La química entre los dos consigue traspasar la pantalla y te crees por completo su amor y su sufrimiento.
Gracias a ellos tenemos una película que hará llorar hasta a aquellos a los que soltar una lágrima les cuesta más. Estoy segura de que, aunque no seáis especialmente sensibles, la escena en la que ella se rapa junto a su familia o la del patinaje habrán conseguido tocaros el corazón. Para mí son las más bonitas y, junto a la de la discusión, en las que más brillan ambos actores.
Saltos temporales
Pese a que no es difícil seguir el hilo de la trama gracias a los cambios en el pelo y la evolución del embarazo de Almut, personalmente no soy nada fan de esta forma de contar las historias. Conectar con los personajes me resulta mucho más difícil al ver de forma tan troceada su historia.
En este caso no son solo saltos temporales, también emocionales. Pasamos de un momento absolutamente dramático a otro de alegría y euforia en un segundo. Para cuando quieres sacar el pañuelo ya te has ido a otro momento de su relación en el que todo es felicidad. Es una forma original de contar la historia, pero, pese a que en ningún momento te llegas a perder, sí que pueden resultar un poco desconcertantes las transiciones tan bruscas.
Con todo esto, 'Vivir el momento' es una película que te hace creer que la risa es posible en los momentos más oscuros y que el amor más puro es aquel que te acompaña en el camino que tu eliges. Una elección perfecta para un día en el que te apetezca llorar o cuando quieras ver dos actuaciones preciosas y complejas que se complementan a la perfección.
'Vivir el momento' ya está disponible en cines.
