Woody Allen ha sido una de las últimas personas del mundo del cine que se ha pronunciado sobre la agresión sexual de Luis Rubiales hacia la jugadora Jenni Hermoso. Tras la condena contundente de Natalie Portman hacia el suceso, nos llega ahora la opinión de Allen, que en una entrevista con El Mundo ha declarado que Rubiales "no debería perder su trabajo por dar un beso en público".
El director ha declarado: "Lo primero que pensé es que no estaban escondidos ni la besó en un callejón oscuro. No la estaba violando, era solo un beso con una amiga. ¿Qué hay de malo en eso?". Parece ser que Allen es de aquellos que considera que una agresión sexual solo puede producirse entre desconocidos, en un callejón, de noche y de forma violenta. Una concepción completamente errónea de la violencia sexual y los abusos de poder que muchas mujeres sufren en todos los ámbitos de su vida y que contribuye a que estas agresiones queden sin denunciar e impunes.
"Sea como sea, es difícil comprender que una persona pueda perder su trabajo y ser castigada de esa manera por dar un beso a alguien. Si fue inapropiado o demasiado agresivo, hay que decirle claramente que no haga eso y que se disculpe. No es que haya asesinado a alguien. Como ciudadano medio, estuvo mal, hizo algo incorrecto... pero ni que hubiese quemado un colegio"
Allen considera que a un hombre de 46 años presidente de la Real Federación Española de Fútbol hay que decirle que no debe besar sin consentimiento a una de las jugadoras de su selección, ya que es un abuso de poder en una situación muy comprometida. También considera que, si no ha sido un asesinato o una violación, pues no es para tanto.
Cancelado por Hollywood
Allen raramente colabora ya con productores y cineastas estadounidenses tras sus continuas polémicas referentes a las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva, Dylan Farrow, y a su matrimonio con otra de sus hijas adoptivas, Soon-Yi Previn, con quien empezó una relación cuando ella tenía 21 años y él 56, estando aún casado con Mia Farrow.
A sus 87 años y tras haber sido 'cancelado' por Hollywood, el director se ha volcado en el cine europeo y va a presentar en el Festival de Venecia su película número 50, 'Golpe de suerte', que podría ser la última: "Tengo muchas ideas para películas que me gustaría hacer, si fuese fácil financiarlas. Pero aparte de eso, no sé si sigo teniendo el mismo empuje para salir y pasar mucho tiempo recaudando dinero", ha dicho en una entrevista para Variety.
El cineasta ha vuelto a defender su inocencia de las acusaciones de abuso sexual, diciendo que se ha demostrado que eran falsas. Ha dicho que apoya el movimiento del #MeToo, por el que las mujeres denuncian casos de abuso y agresiones sexuales, pero "solo cuando hay un beneficio real".
"Cuando se vuelve tonto, es tonto. Leo sobre casos donde es muy beneficioso, donde la situación ha sido beneficiosa para la mujer, y eso es bueno. Cuando leo algunos casos de historias en el periódico que son tontas, es estúpido. Es estúpido cuando no es realmente un tema feminista o un tema de injusticia con las mujeres. Cuando es demasiado extremo intentando convertirlo en un problema cuando, de hecho, la mayoría de la gente no lo catalogaría como ningún tipo de situación ofensiva"
Sobre haber sido supuestamente 'cancelado', Allen ha dicho que es "estúpido" y que no sabe qué significa serlo: "Solo sé que a lo largo de los años todo ha sido igual para mí". Quizá ese sea el problema.