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PRECRÍTICA

'X-Files 2', no dormirse es la clave

El segundo largometraje basado en la mítica serie creada por Chris Carter tiene todos los números para convertirse en el Bluf del verano.

Por Óscar Martínez 23 de Julio 2008 | 13:47

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Dirigida por Chris Carter y protagonizada por David Duchovny, Gillian Anderson, Adam Godley, Amanda Peet, Billy Connolly y Callum Keith Rennie, 'X-Files: creer es la clave' es el segundo largometraje basado en los personajes creados por el propio Carter en la exitosa serie televisiva 'Expediente X'.

En ella, los agentes del FBI Mulder y Scully volverán a reunirse para investigar la desaparición de varias mujeres en una población rural de Virginia. Allí, un sacerdote que aparenta tener visiones mandará a la policía a un lugar concreto, donde encontrarán una serie de fosas con cuerpos humanos congelados que parecen ser un experimento médico secreto que puede tener relación con las mujeres desaparecidas...

Lamentablemente, y tal y como ocurriera con el primer largometraje de 'Expediente X', estrenado diez años atrás, 'X-Files: creer es la clave' se encuentra a años luz de la serie original.

Ni chicha ni limoná

Debo admitir, empero, que nunca he sido un ferviente seguidor de la serie, más por inconstancia que por desidia, pero cualquiera que haya disfrutado mínimamente de alguno de sus capítulos podrá entrever con meridiana claridad la diferencia entre ambos productos: lenta, inconstante, engorrosa, tediosa y, lo que es peor, aburrida, 'X-Files: creer es la clave' es con diferencia el bluf del verano.

Como si de un episodio especial se tratara, la película no aporta absolutamente nada al seguidor de la serie, ofreciendo una de las historias más insulsas y desaboridas que un servidor puede llegar a recordar, en un trillado y efectista relato de mad doctor de serie B en el que los fenómenos paranormales no hacen acto de presencia, a excepción de un siervo de Dios vidente totalmente prescindible para la evolución real de los acontecimientos, y donde ninguna relación enlaza a este segundo largometraje con la película anterior o el tramo final de la serie, por lo que la invasión alienígena, la conspiración o el llamado cáncer negro brillan por su ausencia, del mismo modo que el grueso de personajes secundarios, a excepción de un Skinner meramente anecdótico.

La típica parafernalia que solía acompañar a los entramados de la serie bajo la forma de largos diálogos repletos de tecnicismos y elucubraciones se antoja en este segundo largometraje como un relleno tedioso e insulso al tratar de dotar de complejidad una trama elemental en su esencia; los mecanismos habituales no funcionan, intercediendo en el entramado con desgana y asepsia, llegando a conducir incluso a ciertas incongruencias en el guión.

Por otro lado, 'X-Files: creer es la clave' tampoco se complica en demasía la existencia a la hora de indagar tanto en la ya consabida personalidad de sus dos personajes protagonistas como en su relación personal, sirviéndose de ese espacio de diez años -transcurrido también en la película- para evadirse de unos acontecimientos largamente esperados por los seguidores de la saga y que llegaron a su punto álgido en los capítulos finales de la serie, limitándose a rememorarlos vagamente como un recuerdo ya olvidado. De este modo, ambos personajes prosiguen con sus roles, Mulder obsesionado con la conspiración extraterrestre y Scully en su faceta de médico, si bien ese aura de misterio que envolvía tanto a la serie como a la vida de sus protagonistas desaparece por completo en la película al tratar de ahondar de un modo escandalosamente infructuoso en su evolución interna.

Así pues, y mal que me pese, 'X-Files: creer es la clave' nos es más que una suerte de imitación barata de 'El silencio de los corderos' o un episodio de 'C.S.I' con un vidente cogido con pinzas de por medio y donde, curiosamente, lo único que merece ser rescatable es el gag acontecido con una foto del presidente Bush en los primeros compases de película.

El resto, simplemente para olvidar.