Dirigida por Gavin Hood y protagonizada por Hugh Jackman, Liev Schreiber, Ryan Reynolds, Dominic Monaghan, Christian Clark, Danny Huston, Lynn Collins, Taylor Kitsch, Daniel Henney y Kevin Durand, 'X-Men orígenes: Lobezno' llega a las pantallas españolas este próximo jueves.
Precuela de la película 'X-Men', y situada 17 años antes, el film narra los inicios de Arma X y la forma en la que Logan pasó a convertirse en el mutante conocido como Lobezno. Poseedor de unas afiladas garras de adamantium y de una fuerza y agilidad sobrehumana, Logan ultimará su venganza contra Victor Creed, más conocido como Dientes de Sable, a quien el mutante persigue para vengar la muerte de su novia.
Como viene siendo habitual últimamente, debo comenzar esta crítica diciendo que ésta se basa en la versión definitiva del film; vamos, la que se estrenará en cines en apenas dos días, no en la versión sin depurar y recortada que fue filtrada por internet hace unas semanas.
Pos bueno. Pos fale. Pos malegro.
Una vez aclarado dicho aspecto, lo cierto es que poca cosa se puede decir con respecto a 'X-Men orígenes: Lobezno'. Ni positivo ni negativo. Y es que la total indiferencia es la única reacción posible de un servidor ante esta nueva e incolora muesca en la filmografía de la Casa de las ideas. Sin llegar al despropósito de otros títulos Marvel anteriores, aunque tampoco llegando a una excelencia todavía por conquistar, este spin-off de Lobezno a modo de precuela circula sin pena ni gloria por nuestras retinas bajo la forma de un blockbuster menor, entretenido a ratos, aburrido en otros.
El director de 'Tsotsi' y 'Expediente Anwar' nos brinda un pequeño e impersonal cúmulo de efectos especiales y acción obviable aunque degustable dentro de sus limitaciones, donde el personaje interpretado por Hugh Jackman se convierte en abierto epicentro de un film que padece en demasía la endeblez de un entramado -o, mejor dicho, de los recursos de los que se sirve y el modo en el que éstos nos son ofrecidos- que no hace sino mermar en buena medida la presencia de uno de los iconos mutantes más reconocidos.
Por suerte, la presencia de Liev Schreiber contraresta dicho vacío de carisma, convirtiéndose en un más que digno antagonista, más por la credibilidad interpretativa que le concede el actor que por las virtudes de un guión excesivamente enfocado para todos los públicos. Por contra, el desfile de mutantes compuesto por Masacre, Gambito, e incluso un joven Cíclope y Charles Xavier, se nos antoja meramente nominal y anecdótico, curioso e incluso positivo en el caso de Gambito, execrable en el caso de un Masacre desfigurado, histórica y físicamente.
Por ello, 'X-Men orígenes: Lobezno' no puede sino considerarse un título menor, cuyo guión peca de una excesiva ilógica dentro de su presumible lógica que termina resultando fatal incluso para un producto de mero enttretenimiento, algo edulcorado y palomitero en exceso, sin llegar a ser apabullante en su aspecto visual. Eso, por supuesto, sin entrar a analizar la fidelidad de la historia.