Un hito con sabor clásico

El cine bélico lleva intentando durante décadas dotar a sus películas de un carácter inmersivo que adentre al espectador en una atmósfera tan sorprendente y particular como la de la guerra. El miedo, la angustia y el dolor deben invadirte, incomodarte e incluso emocionarte. Estas tres palabras definen a la perfección lo logrado por 1917, un hito de la dirección con un sabor clásico.

A pesar de que lo que caracteriza a este prodigio técnico es la brillante dirección del camaleónico Sam Mendes, (que ha filmado con éxito y agilidad películas de un corte tan distinto como 'American Beauty' y 'Skyfall') el guión logra acoplarse a la perfección al metraje y dotarle de cohesión y celeridad, aunque cabe destacar que el guión parte de una premisa tópica, pues ha sido tratada en infinidad de películas.

En cuanto a su dirección, se podría estar charlando durante horas sobre su perfección y depuración estética, pero lo cierto es que una imagen vale más que mil palabras. La película da la sensación de ser un plano secuencia, aunque realmente se produce algún corte. Esta atrevida técnica supone un antes y un después que marcará la capacidad inmersiva del cine bélico y, quién sabe, puede que también marque la carrera de Mendes con un Oscar a mejor dirección. Desde luego, su virtuosismo y atrevimiento detrás de las cámaras lo merecen. No se había visto nada igual a este locuaz y vertiginoso plano secuencia de Mendes.

Las interpretaciones de los novatos George Mackay y Dean-Charles Chapman derrochan pasión, calidad y emotividad. Logran encontrar su espacio en este complejo entresijo y servir como anfitriones de este horror humano conocido como guerra. Su bonhomía y honradez logran empatizar con el espectador y lograr así abrir el canal de comunicación introducido por Mendes.

En conclusión, 1917 es un prodigio cinematográfico que reformula los límites del carácter inmersivo del que debe ser dotado el cine bélico y logra situarse entre el miedo y la emotividad en todo momento. Por otro lado, cabe destacar que su premisa no es original, pues este tipo de historias ya han sido tratadas en numerosas ocasiones, como en la laureada 'Salvar al Soldado Ryan'.