Mucho más que una película de zombies

Avatar de goethemola

Crítica de '28 semanas después'

De goethemola

04 jul 2007

8,4

Sin spoilers

Ante la avalancha de blockbusters veraniegos, caracterizada este 2007 por las trilogías (Spider-man 3, Piratas del Caribe: en el fin del mundo, Shrek 3), podemos encontrar una película dirigida por un tinerfeño llamado Juan Carlos Fresnadillo, el cual tenía la difícil tarea de firmar la secuela de 28 días después, película de zombies nada convencional dirigida por Danny Boyle y protagonizada por Cillian Murphy.

Personalmente, 28 semanas después era mi apuesta veraniega junto con Grindhouse, esa double feature dirigida por Robert Rodriguez y Quentin Tarantino que llegará a nuestras pantallas despedazada a manos de su distribuidora, y debo decir que no me ha decepcionado en absoluto.

Había ciertas dudas con respecto a 28 semanas después: por un lado, cabía preguntarse si ésta iba a ser un mero calco de su predecesora, limitándose a ofrecernos más carnaza en detrimento de la tajante aunque algo inocente crítica social de la película de Danny Boyle; por otro, yacía en nuestras consciencias el miedo a que, simplemente, no tuviera nada que ver, formando parte de esa larga lista de secuelas para olvidar cuyo único objetivo es arrancar unos cuantos royalties más al espectador.

Pues bien: nada de eso, un poco de todo y, sobretodo, mucho más.

Como muchos recordarán, 28 días después contaba la propagación del virus de la ira en Gran Bretaña a causa del sabotaje de un grupo de activistas pro-defensa de los animales, asolando a la población en menos de un mes. 28 semanas después, la población ha sido prácticamente aniquilada por el virus, y los infectados comienzan a morir de inanición; tras la intervención del ejército estadounidense, y todavía bajo su estricta vigilancia, se inicia la repatriación a la zona 1 de Londres, en un perímetro aparentemente seguro, donde debe iniciarse la reconstrucción del país. Allí, Don (Robert Carlyle) se reencuentra con sus hijos, Tammy (Imogen Poots) y Andy (Mackintosh Muggleton), los cuales no saben que su madre , Alice (Catherine McCormack), fue abandonada a su suerte por Don.

28 semanas después es una película más que redonda que rehúye las obvias etiquetas de terror y zombies: suspense, crítica social, acción, documental, gore y drama confluyen en ella con gran habilidad, en un marco si cabe más elaborado que en su predecesora, la cual ya sorprendía por su seriedad a la hora de enfocar el género zombie, algo que George A. Romero ha intentado plasmar en su aclamada tetralogía pero que jamás ha conseguido al 100%. Y es que desde la primera escena, cómo no, con esa canción llamada Shrinking Universe a cargo de Muse que se ha convertido ya en el sello de identidad de la saga, la película te atrapa sin cuartel; Fresnadillo introduce el terror a través de la tragedia, plantea el fenómeno zombie como si de una enfermedad se tratara, algo que no es novedoso, pero sí efectivo, sobretodo gracias a un guión, un presupuesto y unos actores muy por encima del habitual nivel de este tipo de películas.

Como decía, la introducción de la película es impresionante, una secuencia que tardará bastante en borrarse de mi memoria, y cuyo impacto permanece en la mente del espectador a medida que 28 semanas después comienza a avanzar, confeccionando su trama mientras nos preguntamos si ya hemos visto lo mejor de la película.

Pero no.

A pesar de que 28 semanas después carece de la acción frenética y continuada de, por ejemplo, Amanecer de los muertos, logra mantenernos en una constante tensión, contagiándonos de un nerviosismo palpable y premonitorio a la espera de que se desate la inevitable tragedia. Y cuando ésta acontece, lo hace con una brutalidad extrema, sin tapujos, con un realismo dolorosamente trágico y enfermizo no apto para estómagos sensibles. Y es que 28 semanas después no es una película de zombies al uso, no se han vertido productos químicos en el agua resucitando a los muertos ni nada similar; se trata del virus de la ira, un odio inhumano que va más allá del propio dolor del infectado, y así nos es mostrado, sobretodo en escenas puntuales verdaderamente crueles y difíciles de digerir.

Por ello, puede que para algunos resulte excesivamente sangrienta, incluso gratuita, pero creo que lo que verdaderamente nos desagrada e incluso nos repugna es su fría sobriedad, su extremo documentalismo y su inherente crítica a la humanidad en general; no ya la fácil censura a la figura del ejército, retratado nuevamente como un mal necesario, una vía de escape que siempre termina por convertirse en prisión, si no a la debilidad humana propiamente dicha, reflejada en el personaje de Robert Carlyle.

En resumen: 28 semanas después es una gran película en líneas generales, con escenas simplemente magníficas, aunque eso no la exime de ciertas lacras, como una algo insulsa interpretación de los dos personajes adolescentes, las reiteradas reapariciones de Robert Carlyle, que con 45 muntos de papel ya había cumplido, o un excesivo movimiento de cámara en las secuencias de acción; lacras que, por contra, quedan solapadas por una historia que, más que terrorífica, se nos antoja fría y cruel. Y, como excepción a la regla, resulta bastante superior a su predecesora.

Muy recomendable.

Valora esta crítica:
00
Escribir crítica

Críticas de los usuarios

Avatar eCartelera

 

 

 

 

 

 

Escribe tu propia crítica de '28 semanas después'
Síguenos