Papá sicario

El francés Luc Besson sigue insistiendo con las producciones de cine de acción puro y, en ocasiones, como en ésta, consigue abandonar la mediocridad de gran parte de los films comerciales para elaborar algo destacable.

Kevin Costner interpreta a un veterano agente de la CIA, experto en neutralizar enemigos, al que jubilan después de una misión que acaba mal. Tras esto, viaja a París para retomar su relación con su hija adolescente, pero una misteriosa mujer le encargará un último trabajo que pondrá en peligro su vida y la de su familia.

El hiperactivo guionista de la cinta, junto a su compañero Adi Hasak, ha creado un trepidante thriller que no llega al exquisito nivel de su Venganza (2008), pero que está muy por encima de la superficial aparatosidad de Venganza 2: Conexión Estambul (2012). Kevin Costner, a sus casi 60 años, no tiene nada que envidiar al antihéroe Liam Neeson, pues consigue interpretar el papel de estrella de acción a las mil maravillas. Este divertido y alocado pasatiempo, que podríamos definir como una mezcla entre el mencionado film interpretado por Neeson y la entretenidísima Crank: Veneno en la sangre (2006), tiene lo suficiente para gustar a los fans del género y hacer pasar un buen rato a todo aquel que busque ver en el cine una película sin demasiadas pretensiones.