La resurrección de (Martínez) Lázaro

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Crítica de 'Ocho apellidos vascos'

De federicocasado

21 mar 2014

7,0

Sin spoilers

Normalmente, a mi me espantan los tópicos. Y si encima se refieren a Sevilla, la ciudad donde nací y donde he pasado más de la mitad de mi vida, pues aún mucho peor. Quizás porque me crié en Madrid, tengo la distancia suficiente como para oler de lejos todo aquello que ridiculice estúpidamente todo lo andaluz...pero también precisamente por eso hay tópicos que no solo son verdad, sino que además pueden funcionar perfectamente en una estructura cómica. Y mal que me pese, y se me atragante la visión reduccionista e inexplicablemente fomentada por actores andaluces en esta película... el invento funciona. Y funciona porque el guión está bien escrito, tiene momentos muy divertidos -especialmente en el que comprendemos el título de la película y que evidentemente, no voy a explicar- y los protagonistas y los dos secundarios principales también lo bordan. Los cuatro tienen mucha experiencia, tanto en teatro como en cine y televisión, y eso la verdad es que se nota...

¿Podría una (típica) chica vasca enamorarse de un (típico) chico andaluz? ¿Y un (típico) chico andaluz enamorarse de una (típica) chica vasca? Pues señores, de eso va la película, ni más ni menos. Entre ese planteamiento y un divertidísimo enredo en el que una hija no quiere defraudar a su padre al que hace años que no ha visto y que se ha enterado que se iba a casar, se articula un auténtico vodevil contemporáneo que me ha sorprendido por su simpleza, pero también por su demoledora efectividad en cuanto al público: porque señores, además de haber recaudado más de 2,7 millones de euros en su estreno (uno de los mejores estrenos de todo el cine español) he tenido la oportunidad de vivir en primera persona la reacción de una sala atestada de gente, EN SEVILLA, y riéndose a mandíbula batiente tanto por los chistes con los vascos, como con los chistes de sevillanos. A nivel puramente personal, me gustaría ver también la reacción de un público vasco a la hora de ver la película.

Está claro que estamos ante el surgimiento de uno de los actores de comedia más prometedores del panorama actual, nos referimos, claro a Dani Rovira: aunque imite a Paco León en su discurso, maneras, gestos, acento y otros muchos elementos, el caso es que este actor funciona en la comedia a la perfección y raro será que no consiga sacarnos una sonrisa, una risa e incluso (a veces) una carcajada. De acuerdo, el guión escrito por Borja Cobeaga y Diego San José es auténticamente de postalita, con recreaciones de lo más maniqueas que uno pudiera imaginarse (desde el tablao rociero al lado del rio en Sevilla, hasta la Herrikotaberna de Euskadi...) pero son elementos puramente circunstanciales: si simplificamos el mensaje puramente étnico y cultural (seamos vascos, sevillanos, catalanes, gallegos, extremeños, mallorquines, valencianos o canarios...) toda la trama funciona a la perfección y sigue la sempiterna regla de que una película es una historia de amor donde pasan muchas cosas... y al final termina bien.

El que Mediaset (o sea, Telecinco) sea el máximo órgano responsable de este film -que además lo ha promocionado eficazmente hasta el hartazgo...- se nota demasiado, y aunque está muy bien rodada, y mejor filmada, hay un tufo a teleserie que tira para atrás -creo que prácticamente todos los actores que han participado de las últimas series de Mediaset ("Aida", "B&b", etc.) están en la película. Otra cosa que me ha molestado especialmente ha sido la banda sonora, que con algunos elementos más cinematográficos y menos explícitos habría hecho que todo el producto final ganara muchísimo más.

Pero me ha alegrado bastante que uno de los mejores directores de la llamada "comedia madrileña" haya resucitado de su letargo, porque tendríamos que remontarnos a 2002 para recordar una buena película (o sea, buena de verdad...) de Emilio Martínez Lázaro, que con "El Otro lado de la cama" supuso un auténtico revulsivo para todo el cine español. Perdido posteriormente con filmes que le han hecho bajar varios enteros en la cotización del panorama nacional, Martínez Lázaro se ha resarcido y ha vuelto a crear una comedia preciosa. Lógicamente, tiene sus limitaciones, pero es tan encantadora como su protagonista, Clara Lago, a la que a pesar de su mal genio y falta de glamour, entran ganas de acunarla con sus redondísimos y enormes ojos que hacen que parezca una muñeca sacada de cualquier cómic Manga Japonés.

Si conseguimos olvidar los prejuicios (que te asaltan desde el minuto uno, viendo forzadísimas interpretaciones llenas de tópicos realmente intragables...) nos encontraremos con una comedia sencilla, divertida, con momentos muy inspirados y que se echan en falta en el cine español, trufado de dramas innecesariamente complejos y retorcidos, y comedias que no resultan creíbles. Esta, a pesar de todo, lo es.

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