
¿Por qué no a 100 metros?
Sin spoilers
Es difícil encontrar películas peores que esta. Dos guapetonas se van de crucero recreativo con la intención de ver tiburones y pasarlo chachi piruli en un barco que no cumple las más mínimas condiciones de seguridad y cuyo capitán es un majadero. Con estas premisas pasa lo que tenía que pasar. Tras meterse en la jaula las dos guapetonas, el cable que sustenta el armatoste no tarda en romperse y caen al fondo. A partir de ahí asistimos al juego del gato y el ratón con un tiburón digital que se comporta como un búfalo en celo; de repente embiste de repente se esconde debajo de una roca y con el majadero del capitán confirmando sus síntomas psicopáticos al dar un perfecto curso de supervivencia por radio. La guinda del pastel la pone un giro final inesperado que le puede cortar la digestión a más de uno por inoportuno y mal planteado. Si hubiesen caído a 100 metros las cosas hubiesen ido de otra forma.
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