EXTRAORDINARIA, por lo tanto POLÉMICA

Reconozco que fui a ver Ágora predispuesto a ver una buena película. El despliegue publicitario, los avances de la cinta en la tele y en el cine, el hecho comprobado tantas veces de que cuando se trata de grandes directores siempre habrá algo bueno que ver, aún cuando la peli no funcione del todo, se unían para que asistiera a la sala con alegría y expectación. Esa misma expectación que se convierte en doble frustración cuando las cosas ruedan por debajo de la "media buena".

Sin embargo también tengo que reconocer que mis previsiones más optimistas fueron superadas con creces por esta obra monumental de la cinematografía. He visto bastante cine bueno y menos bueno durante mi larga vida y después de tener "uso de razón cinematográfica" (a partir de los 18 años y después de haber visto más de 3.000 pelis ) nunca he podido soportar el "cine malo". Siempre me he dormido o me he salido de la sala.

Ágora es un orgullo para el cine adulto, para el cine inteligente y reflexivo, para el cine/arte, para el CINE CON MAYÚSCULAS.

Por eso estoy convencido que con Ágora sucederá como con las obras maestras de genios como Van Gog y tantos otros en la pintura (y algunos menos geniales y famosos en el cine), que el tiempo y el buen gusto que siempre termina decantándose mayoritariamente en la mente de la gente, lo harán figurar, más temprano que tarde, como lo que es: UNA EXTRAORDINARIA PELÍCULA.