
Plutocracia sin escusas
Con spoilers
Estamos ante una peli oscura y triste.
Su fotografía gris y nublada nos lleva a la melancolía.
Tal vez, su guión no sea de lo más original, pero su desarrollo y su desenlace nos plantean cuestiones de máximo interés.
Por un lado la lucha titánica (y perdida) del individuo que aunque camine cargado de razón no puede ganar contra las grandes corporaciones empresariales.
Por otro la poca importancia que tiene la salud contra los beneficios. Si algo produce dinero da igual que mate trabajadores o consumidores. Eso se apunta a la cuenta de gastos y listo.
Me impresiona que el granjero Wilbur Tennant sea un individuo desgradable y borde, pero una víctima que solo pide justicia.
A los damnificados hay que ayudarles porque lo necesitan, no porque sean buenas o malas personas.
El héroe que compone Mark Rufalo es un perdedor y un fracasado, con ese halo de tristeza de los derrotados.
De pronto me he dado cuenta que Anne Hathaway se ha hecho mayor y ya interpreta papeles de madre.
Vivimos en una plutocracia, disfrazada de democracia. Los ricos son los que deciden y gobiernan nuestras vidas.
El dinero lo puede todo.
Aunque DuPont haya pagado indemnizaciones millonarias por las personas que han enfermado, por los deshechos que han vertido al agua de bebida, sus beneficios han sido y siguen siendo mayúsculos. Les sale a cuenta. Lo han arreglado todo con dinero, sin penas privativas de libertad a pesar de que eran sabedores del daño que causaban.
Impresionante el Director General de la compañía diciendo "no lo sé", "no me consta", "lo desconozco", "no lo recuerdo"? Eso se llama "hacer un infanta".
Una peli muy interesante, pero muy deprimente.
Mientras seguiremos cocinando con sartenes con teflón, que no se pega la comida.
Mi puntuación: 7,80/10.
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