
A esta saga tienen que dejarla morir dignamente
Sin spoilers
Qué floja me parece esta saga, poco merecedora de ser la heredera de las anteriores películas de Potter.
A esta nueva entrega, le sobra cerca de hora y media (lo que ya le sucedía a la primera) y su tramo final (éste sí, con trama y revelaciones) podría haberse unido al metraje de la anterior y hubiera sido una película perfecta.
La ansiedad por sacar dinero con cinco películas hace que nos estemos encontrando con cintas llenas de relleno y con ritmo muy irregular. Para más inri, los personajes no respiran ni evolucionan y se encuentran cuando llega a su final (apoteósico, eso sí), básicamente, en el mismo punto donde les dejamos.
Los animales fantásticos han quedado relegados a tramas románticas insulsas y, volvemos a lo mismo de siempre, el personaje de Ezra Miller debería ser el protagonista: es verdaderamente quien tiene todo el conflicto y se ha construido a su alrededor un circo para poder realizar cinco películas sin que cante demasiado que es todo un envoltorio para generar dinero.
Menos mal que está Deep para salvar la función: su Grindelwald es, de lejos, lo mejor de esta insípida secuela, y suya es también la mejor escena.
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