
Kaufman edulcorado, pero aún delicioso
Sin spoilers
Me sorprendí cuando, después de ver 'Synecdoche, New York', me enteré de que Charlie Kaufman había tenido que dirigir la película que él mismo había escrito debido a la reticencia de los directores con los que colaboraba habitualmente. Sí, según se dice, Michel Gondry y Spike Jonze rechazaron llevar a cabo el film alegando que era demasiado enrevesado (o algo así, según recuerdo). Así que Kaufman se puso al frente de su propio laberinto y salió más que airoso. 'Synecdoche, New York' es una gran película, aunque a ratos cueste seguir el hilo sin perder detalles.
Desde entonces (2008), Kaufman ha estado intentando sacar adelante un nuevo proyecto, 'Frank Or Francis', con el que ha tenido bastantes problemas (sobre todo económicos). Menos mal que, mientras tanto, ha tenido tiempo de desarrollar esta pequeña joya que es 'Anomalisa'. La película es una adaptación de una obra dramática que él mismo escribió, un tanto reformulada para su adecuada puesta en metraje.
Realizada íntegramente en stop motion, 'Anomalisa' es, como cualquier otro film de Kaufman, un relato en gran medida autobiográfico. Michael Stone es un hombre de mediana edad, experto motivador profesional especializado en 'Venta al cliente', que lleva una vida que le aburre enfermizamente. La trama discurre durante uno de sus viajes para ofrecer una conferencia. Todas las personas con las que tiene contacto le parecen (literalmente) iguales, y, obviamente, el trato con ellas le hastía. Hasta que conoce a Lisa, durante la única noche que va a pasar en la ciudad, antes de la ponencia. Lisa es... distinta. Asistimos a la curiosa relación entre ambos, que operará un cambio en Michael.
Kaufman vuelve a incidir en esta película en su temática predilecta: la identidad. El escritor y cineasta profundiza en cómo tanto nuestra percepción de la realidad como el trato con los demás conforman la identidad de cada individuo. Y en cómo, siempre, la identidad va a ser uno de los principales quebraderos de cabeza para cualquier ser humano, a la altura del amor o la muerte. Aunque volvemos a asistir a un relato metafórico (que los personajes sean muñecos ya dice bastante), con aristas, 'Anomalisa' dista bastante de 'Synecdoche, New York' en cuanto a accesibilidad. Esta lo es mucho más que aquella, sin por ello dejar de ser un film reflexivo. La atmósfera claustrofóbica está muy lograda, y el hecho de que los intérpretes no sean de carne y hueso no afecta a la consecución de la imprescindible empatía.
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