Ant-Man, lo grande de lo pequeño: Traca final a lo grande a la fase 2

La fase 2 de Marvel ha sido para los fans del género algo parecido a un suplicio. No me refiero a que las películas que la componen hayan sido malas, sino que simplemente no aportaban nada nuevo. Los filmes que forman parte de esta fase, se caracterizan por estar llenos de gags forzados, de luchas alargadas hasta el infinito, tramas repetitivas e incluso un abuso de los efectos especiales. Por todo eso, cuando se anunció que Ant-Man cerraría la fase dos, empecé a temblar. ¿Por qué crear un nuevo superhéroe en el momento en el que todo parece más desastroso?

Fácil respuesta a tan inocente pregunta: Era necesario para volver a renacer. Marvel ha conseguido salir de ese desierto de desastres por el que nos llevaba y ha conseguido lo imposible, un film sin pretensiones que consigue contar una historia, emocionarte, hacerte reir y presentarte un personaje que dará mucho que hablar.

Hay que ir a verla. Yo tenía miedo y me ha costado varias semanas. No las tenía todas, pese a las buenas críticas, tenía miedo del esperpento que podía hacer Marvel. Pero no, al final, no me arrepiento de haber ido al cine, pagado una entrada e ido a ver esta maravillosa película que te hace evadirte durante 2 horas.

Una película para todos los públicos que le da la vuelta al género. Una película coral liderada por Paul Rudd y Michael Douglas que sin duda, hay que ver. Así que le doy un nueve no solo por la originalidad, sino también por Marvel, por recuperar el buen camino, y por la esperanza de que no lo vuelvan a perder.