Una historia de violencia. (CRITICA INACABADA DE CHACAL)

Lo mejor de esta película es su hipnotizante esencia que perdura en el espectador, lo atrapa y lo aisla dentro de sus límites, le mantiene pegado a la pantalla, despertando interés. Se hace recordar por la inolvidable personalidad de los personajes, alejados de cualquier prototipo y sumidos por completo en sus peculiares y determinadas existencias. Caton-Jones nos ofrece una visión diferente, muy difícil de repetir, de un escenario cláscico, prácticamente tópico en este tipo de películas. Y es que si nos fijamos guarda muchas similitudes con otras del género, es idéntica en lo que a argumento y a fondo se refiere, pero sabiendo dar unas pautas correctas, contando con unos actores que han dejado interpretaciones magistrales y haciendo un gran trabajo, preocupado por los detalles, promoviendo así un avance de los acontecimientos ameno de presenciar y que transforma el argumento en algo increíblemente razonable.

La película está dotada de un estilo singular que es lo que la hace tan particular. Y lo bueno es que es perceptible hasta por un niño de 11 años (que fue cuando vi esta película por primera vez), es apta para todos los públicos, no obstante cuando eres más mayor descubres más cosas.

Bruce Willis interpreta un rol inquietante, aterrador, Y no porque tenga pelo en la cabeza (es más la peluca le da un aire de lo más extravagante y carismático