
Ese puctum
Con spoilers
Una maestría técnica y visual. Es lo que me viene a la cabeza al ver este film de un cada vez más ambicioso Cameron.
De eso y mucho más puede presumir Avatar, pero la escencia misma que toda película ha de tener, se queda un poco absoleta en este film, y que es contar una buena historia, con una visión fresca y original. Nadie pone en duda el "orgasmo visual" que supone esta película, con unos personajes maestramente conseguidos a través de la interactuación con sus actores reales, ni tampoco sus espectaculares y oníricos paisajes, ni la fotografía y dirección artística, entre muchos otros elementos. Pero todo el trabajo invertido en esas actividades, parece haber consumido el tiempo que se le debería de haber dedicado a un buen guión.
La historia que nos cuenta Avatar la hemos visto reflejada un millón de veces, hemos visto muchas historias que versan sobre el impacto y destrucción de la conquista en los territorios vírgenes, hemos acompañado a muchos héroes que traicionan sus compromisos iniciales para integrarse y apoyar "al otro bando", y así podemos seguir con una gran cantidad de clichés que podemos encontrar en esta película. Con ello no quiero decir que no sea viable acudir a historias clásicas o míticas, pero siempre que sea desde otra persepectiva diferente a la manera en que normalmente se suelen narrar estas historias.
He de decir que no he tenido la oportunidad de ver la película en su versión estereoscópica, pero me atrevo a apresurarme en mi opinión al respecto y deducir que no haría más que aumentar su espectáculo visual, por lo que la percepción de la historia no se vería mucho más afectada.
En definitiva, me quedo con el espectáculo que nos ofrece Cameron, pero me quedo con las ganas de sentir esa punzada, ese "puctum" del que Roland Barthes nos comenta en su libro "La cámara Lúcida", y que es lo que solemos experimentar ante una buena historia.
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