Los héroes existen aunque sean inventados

Banderas de nuestros padres refleja el afecto por los caídos a la vez que el dolor por parte de los que regresaron de una guerra que ganaron. Clint cuenta la parte norteamericana aunque le sale más floja que con la emocionante Cartas desde Iwo Jima donde puso toda la carne en el asador aunque su presupuesto fuera más ajustado que el de la visión de Norteamérica. Vi antes la cinta desde el punto de vista de Japón y la verdad es que me entusiasmó más además de la forma poética en que estaba rodada y los actores eran más interesantes que en esta que sus personajes más allá de Ira, el muchacho indio, el resto de personajes son superficiales y vacíos. Nos encontramos ante una obra menor de Clint que no mala, retratando la guerra de mejor manera y más espectacular en ámbitos visuales que en la notable Cartas desde Iwo Jima. La banda sonora sigue estando bien pero impulsaba más el tema principal de la otra cinta. El reparto está correcto aunque desaproveche en cierto modo a Paul Walker y Jamie Bell, los más conocidos del reparto.

Pienso que aunque su guión es profundo y a veces acertado, no logra encandilar en la duración dejando un ritmo pausado y repetitivo en especial pasada la primera hora de película, con esa sensación de que está dándole vueltas a lo mismo Mr.Clint, el tema de la bandera llega a cansarme por momentos ya que es básicamente lo mismo constantemente, quizás sea culpa de un montaje un tanto confuso que los espacios temporales no se indican de la mejor forma aunque la emoción y belleza técnica estén presentes y la crudeza de la guerra estén plasmadas. Interesante.