
El orfanato de DC
Sin spoilers
Las carencias de Snyder como director, que en esta película deja su sello esteticista de la forma más aleatoria posible, se ven multiplicadas por los agujeros que tiene el guion de David S. Goyer y Chris Terrio. El director ha demostrado a lo largo de su carrera -especialmente en El hombre de acero, pues el resto de sus trabajos no requerían la misma implicación emocional- ser totalmente incapaz de tratar de forma adecuada las relaciones humanas, por lo que Batman v. Superman funciona mucho mejor cuando sus protagonistas se comportan como seres totalmente inmorales. Y claro, así pasa, cuando no nos reímos por lo ridículas que resultan las líneas de guion o las acciones y cambios de parecer de los personajes (atentos al motivo por el cual se detiene la batalla más importante de la película) lo hacemos por la forma que tiene Snyder de filmar las escenas de mayor dramatismo. Es casi insultante el impostado sentimentalismo de todos los momentos en las que se nos pretenden mostrar los "problemas" familiares de Batman y Superman. Todo lo que hay en el fondo de la película, en los pensamientos de los personajes -mención especial a un desdibujado Lex Luthor, que es poco más que el Joker de Heath Ledger sin maquillaje-, es un verdadero caos.
En el tema interpretativo no tengo demasiado que decir, si acaso comentar lo mal director de actores que está demostrando ser Zack Snyder. Los únicos actores que no desentonan son, casualmente, aquéllos que menos deben interpretar (los más serios o los que tienen menos peso): Ben Affleck y Cal Gadot. Jesse Eisenberg está descontrolado a la hora de exhibir sus tics habituales, mientras que Henry Cavill logra empeorar la pésima interpretación que ofreció en El hombre de acero. Snyder se empeña en mantener algunos primeros planos suyos que pueden provocar alguna que otra carcajada. El resto, entre intrascendentes y caricaturescos (más o menos lo mismo que algunos de los ya mencionados, para qué mentir). Pese a todo, Batman v. Superman es una película mucho más potente y compacta que su predecesora, pero también es la demostración de lo necesario que es un cambio de director y/o de guionista. Si el objetivo es alcanzar a Marvel, lograrlo con un director así es misión imposible. Una pena, porque el universo DC me atrae muchísimo más que el de Marvel, pero las cosas allí se están haciendo con más mimo y mucha más cabeza.
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