
Bienvenidos a Zombieland
Con spoilers
Los frikis de medio mundo habíamos depositado nuestras esperanzas cinematográficas de fin de año en una película que venia haciendo ruido desde que se estrenó en Estados Unidos hace casi 3 meses, costando 23 millones y recaudando sólamente allí 75. Zombieland conseguía un 73 en Metacritic y prometía ser la parodia definitiva de las cintas de zombies superando incluso a la inglesa Zombies Party. Y es que quién mejor que los americanos para parodiar un género que ellos mismos inventaron y aún hoy explotan hasta la saciedad.
Pero hay que decir que el resultado final no es el esperado, Zombieland no se arriesga a la parodia pura como si lo hacía Shaun of the dead y nos acaba contando otra historia más de muertos vivientes, eso sí, con un estilo dinámico y mas divertido de lo habitual. Y es que la película cuenta con un inicio muy prometedor - donde se concentran la mayor parte de las coñas- que nos presenta a varios personajes que se encuentran en un apocalipsis zombie por casualidad, y poco a poco la trama se endulza mientras aprenden que son lo más parecido que tienen a una familia.
Menos mal que para cuando el tono se relaja tenemos a un colosal Woody Harrelson, al que el traje de matazombies desquiciado le queda como un guante, para regarlarnos escenas tan asquerosas como descojonantes. Sin duda el mejor personaje que aún así no se libra de una triste historia pasada que reafirma más la fuerza que el innecesario argumento coge al final. El resto del reparto cumple sin mayores sorpresas, destacando sobre todos la adorable niña de Pequeña Miss Sunshine, Abigail Breslin, que ya crecidita no pone reparos a la hora de machacar craneos.
Una sorpresa se les espera en una semidestruida casa de Los Ángeles a los aficionados al cine, ya que Bill Murray realiza un cameo bastante largo interpretándose a sí mismo en la que segúramente sea la mejor escena -aunque sea de relleno- de toda la película, que como no cabria esperar, bebe de todo tipo de referencias fácilmente reconocibles tanto del género de la comedia como del terror.
Teniendo tanto unos buenos personajes, una premisa sin pretensiones y el parque de atracciones que supone un apocalipsis zombie para la mente más perversa y cachonda, da rabia comprobar como en Estados Unidos, una vez más, las historias de siempre como "el chico conoce chica" y la necesidad de inculcar valores morales son capaces de lograr que una buena película como es Zombieland no exprima todo el potencial que podría habernos enseñado. Para el próximo año ya anuncian una segunda parte en 3d, y esperemos que se atrevan a ir más lejos a través de las posibilidades que ofrece Zombieland.
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