
La mano que mece Blade Runner
Sin spoilers
Decían de 'Blade Runner 2049' antes de su estreno que era una obra maestra. Llegar hasta esos límites para describir la secuela de una película que, con el tiempo, se convirtió en un clásico de obligatorio visionado es ser, quizás, demasiado optimistas. Lo que sí podemos decir con la boca llena es que la película no ha sido un desastre gracias al trabajo detrás de las cámaras de Denis Villeneuve, el artista que ha dado una forma más que decente a nuestros recuerdos tras salir de la sala.
El cineasta se ha dejado todas las tonalidades en un despliegue visual que conforma una factura de gran alcance para recoger a unos personajes que se quedan un poco pequeños, sobre todo el agente al que interpreta Ryan Gosling. No por ello deja de ser el viaje de los personajes menos interesante, aunque el as bajo la manga de encontrar a Deckard (Harrison Ford) se utilice, obviamente, lo más tarde posible.
Podría haber salido una secuela desastrosa que restregase por el suelo el clásico. Sin embargo, se nota mucho (y agradece) la mano de Denis Villeneuve a las órdenes de la dirección, lo que hace de la historia que sea un buen trabajo a nivel narrativo. El ritmo no llega a ser en ningún momento muy dinámico, eso sí, lo que no quiere decir que, por obligación, se haga lenta durante toda su duración.
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