CALL ME BY YOUR NAME

Una de las películas más aclamadas de su edición en Sundance. Personalmente podría limitar la crítica a la última escena que comparten padre e hijo después de que el personaje de Armie Hammer abandone la villa. Muchas veces estás viendo una película que te está gustando bastante pero de forma moderada, y es justo el final (un detalle, un desenlace, una pequeña escena como es el caso) el que eleva el conjunto del producto. Eso me pasó con Call Me By Your Name, una cinta que nos cuenta muy bien la historia de amor entre un adolescente y un joven que trabaja para el padre del primero en un pueblecito de Italia.

La película plasma los celos y las dudas del amor. No era y sigue sin serlo crecer en una sociedad en la que algunos o muchos piensan que la homosexualidad no está bien o que incluso es una enfermedad mental. Más difícil es aún si eres un joven en medio de Italia que tiene que compartir hogar con uno de los hombres más atractivos que ha visto.

Call Me es una película con una gran historia de amor marcada por el miedo a ser descubierto por lo que realmente eres, donde algunos te apoyarán y otros te despreciarán. Es ahí donde llega ESA última escena que eleva la filosofía de vida de esta cinta a otro nivel.