Prometiendo un futuro

La primer aventura del Capitán América resulta en un dulce liviano de digerir a pesar de un flojo material desarrollado. Es que Capitán América: El primer vengador, asienta sus bases con firmeza, pero quizá no sean estas demasiado relevantes como para destacar en un género plagado, sobre todo en estos últimos años, de grandes avances cinematográficos.

Mientras el elenco es convencional, y el guión "ni fu, ni fa", su avance sobre la trama resulta ser desenvuelto, es decir, entretenido y mantenido. No corremos riesgos de perdernos en una historia que intenta con fluidez meterse de lleno en el Capitán América y, con mucha lealtad al personaje, brindarle una aceptable -y sin falta de dignidad- adaptación.

Tal vez, sus principales fallos, o más bien descuidos, fue en no acabar del todo con un villano que, con todas las de hacerse con un papel memorable, no será nunca un recuerdo en el paso del tiempo. Red Skull no logra encajar en aquello, y termina siendo un caso particularmente raro tratando con un personaje con altas probabilidades de convertirse en una adaptación digna del cómic al cine, con un una psicología bélica y malvada, y una apariencia temible.

Además, no logra sobresalir en sus apartados, siendo un film sencillo, que por momentos presenta intenciones de crecer, pero que parece ser conformista en su estilo pasivo, aunque nada aburrido.

Simplemente, Capitán América: El primer vengador funciona como una introducción entretenida hacia el mundo del Cap, sin, como dije, sobresalir, pero quizá guardando momentos y sensaciones para un muy esperado futuro. En conclusión, Chris Evans parece el indicado para ser el Capitán América, y con mayor empeño, puede que este personaje vea resultados más convincentes de aquí en adelante.