
La hora de los valientes
Sin spoilers
Mire usted por donde, una celda, saca de su ídem al cine español. Así, sin complejos y directos al cuello.
Celda 211 demuestra que otro cine es posible, uno que lleve de la mano comercialidad y calidad. Todavía oigo alguno rasgándose las vestiduras por algún pasillo por el inesperado éxito de la cinta, aludiendo no se qué de un despropósito. Ay...cuánto cutre pulula aún por ahí...
Monzón se mete en un embolao similar al de Amenábar y su Ágora, al intentar llegar a otras cotas y lo hace con un género nada fácil en cualquier latitud que se precie. Es cierto, otros han tocado más el tema y buena muestra son cintas como Cadena Perpetua, Huracán Carter, En el Nombre del Padre, Papillon; incluso el bueno de Redford se tiró a la piscina con su fortaleza. Pero hablamos de España y no sé qué crisis de un cine...
Hay gente reacia aún por ser una cinta patrio, como si nos costase reconocer el mérito propio. ¿Os imagináis Celda 211 interpretada por un Denzel Washington, Travolta, John Turturro, James Gandolfini, Kevin Spacey? Otro gallo cantaría ¿no?
No descubro a nadie lo inmenso de Luis Tosar y su Malamadre, un tipo, que discúlpenme, pero es más real que cualquier super actor hollywodiense intentando una interpretación de método. Porque si algo asusta, es la veracidad de todos esos personajes carcelarios de un sistema real como es el nuestro. Porque esos tipos inundan nuestras prisiones de verdad y, que demuestran, lo erróneo de un sistema que va de redentor, sin reconocer el fracaso de una cosa llamada reiserción en la sociedad.
Un Tosar en las antípodas de lo que creó Daniel Day-Lewis para "En el nombre del padre", pero igual de perdidos en una búsqueda interior que no haya consuelo: en uno era la libertad y vidas robadas por la mentira, y en el otro la búsqueda de un sentido vital reflejado en una némesis que representa el personaje de Juan. Un Juan que cierra el círculo de lo vital, a través de un destino caprichoso, en donde la casualidad y causalidad, unen sus líneas para trazar una, de efectos devastadores.
Estimulante cinta, a la que muchos debieran de darle esa oportunidad, que tantas veces le damos a las de otro lado del atlántico, aún sabiendo que en muchos casos, nos van a tangar.
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