
Chicas malas política-correctamente
Sin spoilers
Mucho, muchísimo ha llovido en los veinte años que separan la película original de este remake inicialmente destinado al streaming. Estamos ante el remake de un remake (es el remake del musical que a la vez era un remake de la película) que en cierto modo también demuestra que algo ha llovido desde que en 2017 viera la luz la versión cantada.
Al final, este remake de 'Chicas malas' vive en una cierta esquizofrenia de intentar actualizar algo que sigue completamente vigente en la realidad versus la imagen que el cine debe dar de la realidad en 2024. Porque la película de Lindsay Lohan podría seguir completamente vigente veinte años después si le añades las redes sociales, pero este 'Chicas malas' tiene además que adaptarse a la era de lo políticamente correcto.
Porque a la nueva Regina George no se le puede hacer body shaming por mucho que sus amigas le den barritas para engordar, así que esa trama hay que disimularla todo lo posible. En el baile navideño el problema ya no es el vestido que se rompe, sino la protagonista que se cae. Y así vas sumando detalles hasta encontrarte con "chicas malas pero no mucho".
Más incomprensible es todavía la actualización melódica del musical. Ciertamente en más de un lustro hay canciones y ritmos que podrían haberse adaptado a la película y los nuevos tiempos, pero no había ninguna necesidad de hacerlo con absolutamente todas las canciones.
Al final estamos ante un resultado tan correcto como innecesario. Como remake de una película de hace sólo veinte años el mensaje es que es absolutamente innecesaria. Y como remake de un musical de Broadway se desinfla considerablemente.
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