A veces las cosas más pequeñas son las que ocupan más espacio en tu corazón

El título de la crítica es una frase de Winnie the Pooh, un adorable osito de peluche al que tal vez tenga un pequeño cerebro pero tiene un enorme corazón. Es una película que a mi gusto conserva ese toque melancólico que se encontraba en las caricaturas de Winnie. Un pequeño recuerdo de la infancia para varios adultos tanto en la película como para los espectadores. Un recordatorio que el niño en nuestro interior no debe perderse en el camino de la vida y que conservarlo es tan importante como aquellos momentos y seres queridos que son los que habitan en nuestro mundo único e irrepetible. Detrás de los personajes, aparentemente tan sencillos, cada uno tiene uno representa un lado tan humano y complejo, Igor con su pesimismo, Piglet con sus miedos,Tiger con su energía y optimismo y Pooh el que con su ingenuidad y sencillez ve el mundo desde una gran sabiduría. Una pelicula para toda la familia, tanto pequeños como adultos.