Calparsoro ha acertado de pleno

Que Calparsoro es uno de los realizadores más brillantes y creativos del actual panorama cinematográfico español no es algo que vayamos a descubrir ahora. Pero no es menos cierto que a lo largo de toda su filmografía he sentido una cierta pesadumbre al comprobar que en la mayoría de las veces, su brillantez visual no se correspondía con la calidad de sus historias: es más, casi siempre sus películas resultaban muy vistosas, bien planteadas... y sosas y aburridas.

Me resulta realmente cabreante que haya que justificar ante mucha gente el hacer cine comercial: parece que los "auteurs" de curtido pensamiento intelectual abominan de cualquier iniciativa comercial que pueda hacerse en un cine que no sea el norteamericano, tachándolo de banal o de poco interesante. Seguramente mentarles a esos gafapasta impostados de videoclub a directores como Luc Besson, Paul Verhoeven, Alex de la Iglesia o al propio Calparsoro es como hablar de Satanás, pero creo firmemente que puede existir la excelencia en el cine comercial, tanto como en el cine de Truffaut, Bergman o Fellini (de hecho, muchas de sus películas fueron comerciales, y otros tantos títulos clásicos de la historia del cine como "Casablanca" también fueron ideadas como productos comerciales).

Por eso respeto mucho la valiente apuesta narrativa de este director, a pesar de sus cuestionables resultados de su carrera, y aquí ha alcanzado el que podríamos decir su cénit: un guión curioso de Guerricaechevarría -que podría ser mejorable en muchos aspectos, pero que finalmente, funciona-, unos actores que están brillantes -en especial el argentino Rodrigo de la Serna y Tosar, y pasando un poco por alto los trabajos de un mejorable Coronado y de un poco creíble Arévalo...- y una factura que no tiene nada que envidiarle a cualquier película del género creada por Hollywood, hacen de este film un producto interesante, seductor, que aporta un gran valor al panorama cinematográfico español. Y encima es capaz de sondear socialmente el complejo momento de nuestro país: un grupo de atracadores planea el asalto a una sucursal bancaria en Valencia, pero resulta que una de las cajas de seguridad que están robando es de un político imputado y tiene dentro un disco duro que parece albergar todo tipo de sucios secretos de las clases más elevadas.

El guión, de rondón, también dinamita todos los estamentos sociales, hablando de preferentistas, de personas en riesgo de deshaucio, de hipotecas, de paro, de todo vamos. Incluso -y sobre todo- de corrupción. Y de lo que puede llegar a pasar si alguien destapa la caja de Pandora y todo sale a la luz. Precisamente ésa es la piedra de toque para que todo se desquicie aún más. Me parece una apuesta valiente (y muy acertada) encajar una reflexión social tan profunda en una película de acción pura y dura (que seguramente en Hollywood no habría podido realizarse). Muchísimo más efectiva que hacer ese cine social que mucha gente tilda de "necesario" y que en realidad resulta directamente inútil (cuando no insoportablemente pedante e ineficaz y erróneamente adoctrinador).

A la impecable y brillante factura de gran belleza formal -aunque para mi gusto, podría haberse subido el etalonaje un poquito más y darle algo más de color...- se le suma un montaje muy bien articulado, que no deja que perdamos el interés de la historia ni un solo segundo. Vale, es razonablemente predecible, pero realmente merece la pena ver la evolución de cada uno de los personajes y cómo se traspasa la fina línea moral de los "buenos" y los "malos" en repetidas ocasiones.

Parece que Calparsoro ha acertado de pleno, encontrando finalmente el talante que tantas veces ha buscado en su filmografía: un producto de gran excelencia técnica y visual, de depurada narrativa que además tiene una buena dirección de actores y lo más importante, un guión que le corresponda. Una de las mejores opciones de la actual cartelera, ve a verla que merece la pena...