Un Woody Allen menor

Casi todo el mundo que ve una cinta de Allen suele tachar a su correspondiente película de un gran Woody Allen o un Woody Allen menor. Yo suelo tener otro tipo de valoraciones para sus películas aunque si me tengo que regir por esa estadística sin ninguna duda tras ver cintas como Si la cosa funciona, Match Point y Hannah y sus hermanas está claro que no está a esa altura ni siquiera a la mitad por lo cual esta cinta la considero como de un Woody Allen menor.

No tiene esa chispa de interés y de ingeniosos dialogos que tienen el resto de películas suyas ni tampoco ese ápice de originalidad sino que cuenta más o menos lo mismo que hemos visto en otras cintas suyas pero sobrecargando los tópicos y plagiando historias propias. Si de por sí tenemos una historia hilarante y muy interesante como la de Anthony Hopkins y Lucy Punch donde se nos muestra un ritmo muy bueno de forma alocada y divertida para recordar con dos grandes actuaciones y dialogos, una historia que crece en su parte final como es la de Brolin donde se nos rompe de forma abierta luego nos lleva a dos historias que no tienen rumbo ni interés como lo son la de Naomi Watts y Antonio Banderas y la de viejecita supersticiosa que no lleva a ningún lado y pese a entretener durante toda la cinta que eso para mí es incuestionable no he encontrado humor, risas, cosas que sorprendan, nada más que historias relacionadas en lo familiar que no llegan a resultar interesantes.

Woody sigue conservando su presencia en algunas partes de la cinta donde está su mejor faceta pero luego con su tosco montaje se diluye en un mar de estereotipos y situaciones mil veces vividas como la del coche y la compañera de trabajo de Watts.

En definitiva, una cinta que sigue estando por encima de la media de muchas cintas de este género pero que no ofrece gran cosa y la mitad de las historias contadas son interesantes, intensas y divertidas pero la otra cara es la que la empobrece. Pasable.