Detectives y psicópatas

Hace un par de semanas llegó a nuestras pantallas Corazones solitarios, remake de una película llamada Los asesinos de la luna de miel (Leonard Kastle, 1970). Dirigida por un desconocido Todd Robinson y protagonizada por John Travolta, James Gandolfini, Jared Leto y Salma hayek, la película cuenta la historia de dos timadores, Ray (Jared Leto) y Martha (Salma Hayek), los cuales se dedican a estafar a jóvenes viudas escogidas a través de revistas de contacto. Todo parece ir bien para ambos, hasta que los crecientes celos de Martha terminan por convertir simples estafas de poca monta en sangrientos homicidios, los cuales serán investigados por los agentes Robinson (John Travolta) y Hildebrandt (James Gandolfini).

Mezcla de thriller detectivesco, drama e incluso con ciertos rasgos de película de asesinos en serie, Corazones solitarios se divide en dos historias paralelas claramente diferenciadas que se van intercalando a lo largo del metraje hasta coincidir en su desenlace final: por un lado, tenemos la historia de Ray y Martha, histriónica pareja de timadores de poca monta que no deja de recordarnos en ciertos momentos a una suerte de Mickey y Mallory algo descafeinados (Natural Born Killers) ubicados en los años treinta; por otro, nos encontramos con Elmer Robinson, un agente de homicidios al que el suicidio de su mujer, tres años atrás, ha convertido en una sombra del gran policía que fue.

Corazones solitarios no es una gran película, ni mucho menos, y lo peor de todo es que su visionado te deja esa agridulce sensación de que bien podría haberlo sido; y es que las bazas parecen jugar a su favor: un irregular John Travolta en un papel que parece irle bastante a medida, un James Gandolfini que orquesta la película con su narración, un genial Jared Leto que clama a voces un papel protagonista con el que dar rienda suelta a su talento interpretativo, y una Salma Hayek que, por una vez, huye de los tópicos papeles de mujer-florero al que nos tiene acostumbrados.

Pero, por desgracia, el conjunto no termina de cuadrar.

Y, como decía, uno no sabría decir a ciencia cierta qué es lo que rompe la ecuación, ya que las interpretaciones de los cuatro protagonistas (y de los secundarios, entre los que cabría destacar a Laura Dern y Scott Caan) son, en mayor o menor medida, más que solventes, y la historia realmente interesante, divagando entre el cine negro de la pareja de detectives y el ocasional surrealismo sanguinolento de los fugitivos, cuya interacción es sin duda lo mejor de la película. Y es que Corazones solitarios se pierde sobretodo en su tramo final, en un desenlace predecible aunque correcto pero que tiene mucho menos dramatismo de lo que la película pretende.

Así y todo, Corazones solitarios es una película amena, desenfrenada en algunos tramos, pausada en otros, siempre interesante, aunque por algún motivo no termina de captar plenamente nuestra atención en casi ningún momento.

Le doy un 6 sobre 10.