
Consigue entretener quitando paja y algún buen gag
Sin spoilers
A estas alturas no vamos a descubrir que, en cuanto empiezas a ver 'Cualquiera menos tú', sabes perfectamente cómo va a acabar. Así pues, en un filme así no estamos a la espera de ese giro torticero a lo Shyamalan sino a intentar hacer el viaje del punto A al punto B lo más agradable y divertido posible.
En ese sentido, 'Cualquiera menos tú' toma algunas decisiones relativamente acertadas que la convierten en una cinta entretenida, aunque nada memorable. Primero, es una película cortita centrada en la relación entre Glenn Powell y Sydney Sweeney. Los secundarios están meramente de adorno y sus tramas ni se desarrollan ni se les espera. Uno de los errores de este tipo de películas es meter personajes secundarios con calzador para intentar estirar un poco el metraje del filme y pasar de las dos horas con escenas que acaban rompiendo el ritmo. 'Cualquiera menos tú' se libra de ellas y ni siquiera se atreve a quitarle la camiseta a Darren Barnet, en el que probablemente sea el papel más insustancial de su carrera.
Segundo, la película es un publirreportaje de Sídney, Australia. Y esas icónicas vistas de la bahía de la Ópera y otras localizaciones son sin duda un plus acostumbrados a los rodajes low cost en Toronto simulando ser Nueva York o Vancouver haciendo de cualquier ciudad genérica del mundo.
Tercero, el guion, sin ser hilarante, tiene bastantes gags conseguidos, de esos que te sacan una sonrisa. Incluye además bastante humor gráfico de situación, algo en lo que Sydney Sweeney demuestra ser sorprendentemente buena. La química entre Sweeney y Powell... bueno, no está mal, aunque Powell y su personaje dan esa sensación de estar mucho más enamorados de sí mismos que de nadie más.
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